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miércoles, 10 de septiembre de 2014

Viña Ardanza- Reserva 2004

Tengo el placer de presentaros el Viña Ardanza Reserva de 2004 del Grupo La Rioja Alta, con residencia en la localidad de Haro (La Rioja). La creación de esta empresa data de 1890, y se inició como Sociedad Vinícola de La Rioja Alta,tomando su nombre definitivo al año siguiente.

La Sociedad es uno de los Patronos de la Fundación de la Cultura del Vino junto a sociedades tan importantes como Vega Sicilia, Codorniú y Marqués de Riscal. Los pilares de su filosofía son la Tradición, Calidad, Innovación, Cultura del Largo Plazo y la Responsabilidad Social. Las bodegas del Grupo actualmente son: La Rioja Alta, S.A., Torre de Oña en la Rioja Alavesa, Lagar de Cervera en las Rías Bajas (Galicia) y Bodegas Áster en Ribera de Duero. Viña Ardanza es la marca estrella de la casa, registrada en 1941. Como curiosidad, decir que la Bodega fabrica sus propias barricas con roble americano. Otras marcas de la Bodega de La Rioja son el Gran Reserva 890, Gran Reserva 904, Viña Arana, Viña Alberdi y Marqués de Haro.
Fuente: www.riojalta.com


Podemos comenzar diciendo que estamos hablando de un vino (y bodega) altamente apreciado en el extranjero. Por ejemplo Robert Parker en su Wine Advocate lo valoró con 93 puntos, y Wine Spectator con 94. Todas las críticas foráneas que he leído sobre él lo ponen por las nubes. Más adelante veremos por qué, en mi opinión, claro...


Fuente: www.riojalta.com


El Viña Ardanza es un vino que no se produce todos los años, sino solo cuando la calidad de la uva lo permite. He podido ver en mi tabla-chuleta que la añada 2004 de La Rioja es excelente, así como la de 2005, y de ambas se ha producido este vino. Su elaboración está basada en un 80% de Tempranillo de viñedos con más de 30 años y un 20% de Garnacha de "viñas viejas plantadas en vaso a 600 m de altitud". Se realiza una selección manual de las uvas en la vendimia, seguida de una fermentación alcohólica en depósitos de acero inoxidable durante 14 días y maloláctica posterior de 21 días. Posteriormente una estancia de 36 meses en barricas de roble americano de 4 años hasta su paso a botella, donde permaneció inicialmente durante 24 meses antes de su comercialización.

Hablemos primero de la presentación, como siempre. Con un contenido de 13,5% de alcohol en volumen, se nos presenta en una botella Borgoñesa tradicional de 75 cl, color caramelo oscuro, con una etiqueta principal de color crema que ocupa gran parte del cuerpo de la botella, y una combinación de letras en negro y dorado muy elegantes, más el pequeño detalle de la palabra "Reserva" en rojo. Labrada en la botella, en la parte inferior se encuentra el nombre de la bodega. El logotipo de la bodega se encuentra en una pequeña etiqueta ovalada en el cuello de la botella, en dorado sobre fondo negro, en la vertical de la etiqueta principal. La contraetiqueta es más cuadrada y pequeña, con fondo en el mismo color y combinación de letras similar a la principal. Una presentación clásica, elegante y atractiva.

Visualmente, el vino presenta un llamativo color rubí brillante y límpido, de capa media, con ribete en degradación hacia tono salmón, como corresponde a un vino de larga crianza. Las lágrimas que forma al agitar la copa son claras, múltiples y de caída rápida.

Su intensidad aromática a copa parada la consideraría como media, aunque ya se pueden apreciar los vapores balsámicos que más adelante confirmaría al agitar la copa. Lo primero que me sorprendió fue que, tal vez esperando un vino "caliente" (llamo así a ese efecto de que, al olerlo, sube un vapor que da la impresión de calor), recibí un vaho fresco, como de cedro y eucalipto se tratara. Ningún defecto o aroma alcohólico o de conservas se podía apreciar, solo frutos rojos con un punto dulce como licoroso, y los mencionados bálsamos. No pude apreciar aromas secundarios, solo tenues tostados y un final como de cacao. Un aroma complejo pero bien balanceado para mi gusto, con algunos matices especiados que no pude precisar. Revisando comentarios y notas de cata puedo observar que hay casi tantas descripciones como catadores y comentaristas han escrito sobre el vino, que hablan de otras muchas trazas...

En boca el vino se comportó fabulosamente. Un paso sedoso por la lengua y el paladar, muestra de taninos muy pulidos, con un magnífico balance de los diferentes sabores, y una acidez que le aporta gran frescura y que lo identifica con los aromas antes descritos. A mi el vino me pidió beberlo "con toda la boca", quiero decir sin dirigirlo hacia atrás haciendo cuenco con la lengua, sino a través de todos los rincones de la cavidad bucal. Un cuerpo medio y suavidad que no es ni mucho menos un defecto, dada la longitud y permanencia del vino. A mi mujer, que le gustan los vinos corpulentos y astringentes, este le encantó. Creo que es un vino que no conoce de edad, sexo o nacionalidad para beberlo. Eso explica la gran aceptación que mencionaba a nivel internacional.

En retronasal, los vapores balsámicos se hicieron notar mucho, junto con la fruta roja evocando a un licor de cerezas, por ejemplo, quedando una sensación de frescura muy agradable en el paladar.

Cabe destacar la evolución que tuvo el vino en boca conforme dábamos cuenta del jamón de cerdo a la sal con que lo combinamos. Cada vez que bebíamos un nuevo sorbo, parecía estar mejor que el anterior. En mi opinión, maridaría con gran cantidad de carnes e incluso algún pescado. Por ejemplo, creo que con un buen filete de atún a la plancha vuelta y vuelta sería un éxito.

Su precio de venta está, dependiendo de la tienda, entre los 17 y los 21 €, y me parece muy buen precio para tan estupendo vino. Altamente recomendable para tenerlo en tu bodega para sacarlo cuando quieras quedar bien o para alguna celebración especial. De hecho, acudiré raudo a hacerme con un par de ellas y guardarlas.

Le doy un 8,5/10.


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