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viernes, 21 de septiembre de 2018

Ruta de los Vinos de Alsacia

Este verano tuvimos la oportunidad de hacer un viaje a Alsacia, la Selva Negra y Venecia.

Quisiera hablar sobre los vinos de esta conocida región francesa, como introducción a algunas entradas en las que, en el futuro cercano, iré presentando varios vinos que nos trajimos de allí.

Esta famosa región, quizá más por sus vaivenes de pertenencia a Francia o a Alemania, según los momentos de las Grandes Guerras del Siglo XX, tiene una extraordinaria historia vitivinícola originada por su ideal ubicación entre las culturas romana, germánica y carolingia. Al final del primer milenio, unos 160 pueblos de la región poseían viñedos y, en la Edad Media, los vinos alsacianos se encontraban entre los más apreciados de Europa. La época más importante de los vinos alsacianos se produce en el S. XVI, aunque fue interrumpido por la guerra de los 30 Años, que devastó la Región. No fue hasta el final de la Primera Guerra Mundial cuando los bodegueros de la Región retomaron la política de alta calidad en los vinos alsacianos. Sus esfuerzos se vieron recompensados unas décadas más adelante con los reconocimientos de la AOC (Appellation d'Origine Contrôlée) Alsace en 1.962, AOC Alsace Grand Cru en 1.975 y AOC Crémant d'Alsace en 1.976. Hoy en día, los productores y comerciantes de vinos de Alsacia se encuentran unidos por el CIVA (Concejo Interprofesional de los Vinos de Alsacia).

Vale la pena hablar un poco sobre las Denominaciones de Origen Francesas, que son diferentes a las españolas:

AOC: Garantiza la autenticidad de que las uvas con las que se producen los vinos proceden de la región específica. En los casos en que la Denominación se complementa con Denominaciones Locales o Lieu-Dits (lugares específicos), se trata de vinos de mayor calidad, asociados a un localidad o a un Terroir en particular, con reglas de elaboración incluso más estrictas que las de las Denominaciones Locales. Se producen alrededor de 800.000 hl/año de esta denominación.

Las Denominaciones Locales son: Bergheim, Blienschwiller, Côtes de Barr, Côte de Rouffach, Coteaux du Haut-Koenisbourg, Klevener de Heiligenstein, Todern, Saint-Hippolyte, Scherwiller, Ottrott, Vallée Noble, Val Saint-Grégoire y Wolxheim.

Los rendimiento máximos permitidos son de 75 hl/ha en el caso de los tintos y de 80 hl/ha en blancos.

AOC Grands Crus: Solo se otorga a vinos que cumplen con muy estrictos criterios de calidad. en Alsacia esto solo se otorga a 51 claramente definidas localidades. Las únicas variedades alsacianas permitidas en la elaboración de estos vinos son, sin excepciones: Riesling, Muscat, Pinot Gris y Gewerztraminer. Solo alrededor del 5% de la producción de la Región pertenece a esta clasificación.

AOC Crémant: Se denominan así los vinos espumosos que se elaboran de acuerdo con los métodos tradicionales, principalmente de Pinot Blanc o Gris, Riesling, Chardonnay o Pinot Noir. El volumen de este tipo de vinos es bastante inferior a las otras dos clasificaciones, con unos 50.000 hl/año.

Existen también otros estilos de vinos característicos de la zona, como los de vendimia tardía (vendage tardive), a los que la Podredumbre Noble (Botrytis Cinerea) mejora la concentración de aromas, azúcar y acidez, y produce vinos secos (los menos), dulces y semi-dulces de suaves y extraordinariamente complejos aromas. En esta clasificación, los de Selección de Granos Nobles se presentan como vinos de altísima calidad, lo que denominaríamos Vinos de Autor.

 Fuente: www.pinterest.com.mx

Las peculiaridades climatológicas y geológicas que dan a los vinos alsacianos sus características diferenciales son la protección que la cadena montañosa de los Vosgos ofrece a sus terrenos. Como consecuencia, la pluviometría es una de las más bajas de Francia, con unos 600 mm al año. El clima es semi-continental, más templado en invierno comparativamente hablando, y con veranos cálidos y soleados. A una altura media de 200 - 400 metros, las viñas se aprovechan de la máxima exposición solar, ayudadas por el tipo de plantación en espaldera de una altura considerable. La diversidad de los tipos de suelo: de granito, caliza, mica, arenisca y otros, en las aproximadamente 15.000 ha registradas a lo largo de una franja de unos 150 km, dan como resultado vinos elegantes y complejos, aportando rasgos identitarios de cada terreno y tipo de uva de la Región.

A nivel económico, los vinos alsacianos presentan una magnífica relación calidad-precio, estando muchos buenos de ellos en la franja entre los 10 y los 20 €, incluidos estupendos Grand Crus.

Las variedades de uva permitidas por la AOC Alsacia son las siguientes:

Blancas:

- Pinot Blanc
- Sylvaner
- Riesling (siendo los vinos de esta variedad más secos que sus competidores alemanes).
- Muscat
- Pinot Gris
- Gewurztraminer

Tintas: Pinot Noir

Entre las bodegas más tradicionales y conocidas de la Región, podríamos mencionar:

Hugel et Fils (produce vinos en Riquewihr desde el S. XII)
Albert Boxler (en Niedermorschwihr, dicen que hacen los mejores Rieslings de Alsacia)
Gustave Lorenz (desde 1.836 producen sus vinos en Bergheim)
Domaine Weinbach (fundada por monjes capuchinos en 1.612 en Kayserberg)
Trimbach (12 generaciones de la familia del mismo nombre en Ribeauville).



Nuestro periplo se centró en la parte centro-sur de la AOC, entre las localidades de Eguisheim y Ribeauville, en el Departamento del Alto Rin.

Eguisheim: Hermoso pueblo turístico con preciosas casas y buenos restaurantes.






Allí visitamos la elegante tienda de la Bodega Wolfsberger, donde compramos algunos vinos, y comimos en un pequeño restaurante típico, el Caveau Douceurs, donde pedimos un vino de la casa, un fragante y estupendo blanco de la variedad Riesling, servido en las copas típicas de la región, de las que por supuesto nos hicimos con un juego en una tienda.



Colmar: Es la "capital" del vino de Alsacia, ya que aquí se encuentra la sede del CIVA. Las casas parecen menos cuidadas que en otros pueblos de la zona, aunque no por ello deja de ser bonito su centro, con canales que cruzan las calles céntricas. Sin embargo, nos nos pareció el menos cuidado de la zona.

En la Plaza se pueden degustar vinos típicos de la tierra, en un ambiente festivo.


























Kayserberg-Vignoble: Otro hermoso pueblo rodeado de viñedos, con hermosas casas de colores y una preciosa iglesia.




Riquewihr: El último de los coquetos pueblos alsacianos que visitamos. En él entramos en la tienda de una pequeña bodega familiar, Fritsch et Fils, a la que dedicaré una de mis próximas entradas del blog.


Hubiéramos querido pasar también por Ribeauville, pero se nos hacía tarde, así que decidimos seguir hacia Estrasburgo.

Ahora es tiempo de probar los vinos que traje de allí, e ir mostrándolos en futuras entradas del blog.


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