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viernes, 2 de mayo de 2014

Mario - 2011

En esta nueva entrada, os presento un elegante vino tinto de la D.O. Ribera de Duero, elaborado por Bodegas Vega Clara, en la localidad de Quintanilla de Onésimo (Valladolid): Mario 2011.

Como siempre, haré referencia a la presentación del vino, que viene en una botella bordelesa de color caramelo de 0,75 l de capacidad, y etiquetado con una elegantísima y simple (ya os habreis dado cuenta de mis preferencias a este respecto) etiqueta blanca con arabescos en negro emulando, supongo, el ramaje de las vides en negro, y combinando caracteres en rojo y negro. Pero en esta ocasión también me gustaría hacer referencia a la página web de esta bodega dirigida por Clara Concejo Mir (www.vegaclara.com), ya que me ha llamado poderosamente la atención lo bien hecha que está tanto desde el punto de vista estético como técnico, aportando de una forma clara y concisa múltiples detalles sobre los viñedos y la elaboración de sus vinos.

De esta forma, nos dice Clara que el Mario 2011 proviene en un 75% de uvas de la variedad Tempranillo y un 25% de Cabernet Sauvignon, cosechadas en la Finca del Pago de Carretuerta, con cepas de 40 años de antigüedad, vendimiadas a mano con un rendimiento de 4.000 kg/Ha. Este dato se encuentra bastante por debajo del rendimiento máximo  admitido por el Consejo Regulador de esta D.O. (7.000 kg/Ha), por lo que podemos suponer que la bodega cuida la calidad de sus caldos desde su origen. La producción estuvo limitada a 9.500 botellas según la web (aunque la etiqueta trasera habla de 10.000 botelleas).

Su elaboración, con el resultado final de un caldo de 14,5 % de alcohol, incluye un proceso de crianza de 14 meses en un 35% en barricas de roble americano de Missouri, 40% de roble francés de Allier y 25% de roble de Europa del Este. También hablan de un proceso de "bâtonnage" manual.

El "bâtonnage" es un proceso que consiste en remover los residuos del vino (heces, lías -proveniente del francés lie) del fondo de las barricas para aumentar el sabor del vino, antes de trasvasarlo a otro recipiente.

El Mario 2011 es de capa muy alta. Tiene un color picota oscuro, con ribete púrpura, de lágrima profusa y caída lenta. Es límpido y cristalino.

De intensidad aromática media a copa quieta, nos entrega aromas claramente frutales al agitarla, en mi opinión predomina el olor a cerezas, aunque en la nota de cata como en la web también nos indican aromas de fruta negra. Es en los olores a especias en lo que no coinciden las notas de cata que he visto, y que yo no noté en exceso. Se habla de trazas de canela, clavo, pimentón, por un lado, y por otros de cacao... Si que estoy de acuerdo con cierto aroma a licor de cerezas (kirsch en alemania), pero puede ser por la propia dominante acerezada que noté. En mi opinión, el vino posee un notable aroma secundario a levadura o brioche, que sigue manteniendo al rato de haberlo decantado. No he visto nota de cata que lo mencione.

Al gusto, el Mario nos entrega un tacto suave pero potente y con cuerpo, así como un sabor elegante, persistente y con un toque de amargor quizá un poco excesivo para mi gusto. También me pareció que le falta algo de redondez a los taninos, dada la sensación de astringencia en la lengua. El tiempo en botella se encargará de darle la pizca de suavidad adicional que, en mi opinión, le vendrá muy bien.

En resumen, el Mario 2011 es un vino muy agradable, que hace honor a su cuidada elaboración. Lo tomamos con unos lomos de bacalao al horno, y la combinación funcionó bien (¿será debido a mi gusto por los vinos de Ribera de Duero?) aunque me pareció que sería una muy buena combinación con carnes rojas de calidad poco hechas.

Mi nota es de 7/10.

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