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lunes, 5 de octubre de 2015

Dom Cosme - Reserva 2007

Hoy retomamos los vinos internacionales con este vino tinto portugués de la Región del Alentejo, producido por la Fundacao Abreu Callado en la localidad de Benavila, a unos 170 km al noreste de Lisboa, y a unos 75 km al norte de la ciudad más importante de la región, la hermosa ciudad amurallada medieval de Evora: el Dom Cosme, Resrva de la añada de 2.007.

Lo tarjimos de una visita a Evora en la pasada Semana Santa.

Se cree que la viticultura comenzó en el Alentejo de la mano de la antigua civilización de los Tartessos, pobladores del sur de la Península Ibérica, seguidos de los Fenicios, los griegos y, ya con referencias históricas, los romanos, quienes organizaron el cultivo de la vid y la elaboración de los vinos, que han pasado a ser parte esencial de la identidad del Alentejo.

Fuente: www.didu.com.bra

Como en tantas regiones de España, también el vino alentejano tuvo momentos de esplendor como consecuencia de la cristianización del tardío Imperio Romano hasta la invasión árabe, que pese a tolerar las costumbre cristianas en un primer momento, fue radicalizándose hasta la desaparición total de los viñedos. La recristianización y creación del Reino Lusitano trajo de nuevo la cultura del cultivo de la vid a la zona, hasta llegar al S. XVII, donde los vinos de la zona se consideraron los mejores del Reino, esplendor interrumpido por la Guerra de Restauración y la creación de la Real Companhia Geral de Agricultura dos Vinhos do Douro, creada por el Marqués de Pombal para la protección de los vinos de la zona del Duero. A mediados del S. XIX, el gobierno portugués realizó una campaña de reinstauración de la agricultura en la Región, lo que causó un nuevo renacimiento del vino Alentejano, con un éxito internacional en la Feria de Berlín de 1.888. Dicho nuevo período de luces acabó de nuevo poco después con la llegada de la filoxera.

En los años 40 del siglo XX, la Junta Nacional do Vinho comenzó a dar pasos firmes en la recuperación de esta zona, y en 1.977 estableció el PROVA (Projecto de Viticultura do Alentejo) estableció los parámetros de calidad para el vino. En 1.983 se estableció la ATEVA (Associacao Técnica dos viticultores do Alentejo) para promover los cultivos de la vid. La primera Denominacón de Origen Alentejana nació en 1.988 y, un año después, se creó la CVRA (Comissao vitininícola Regional Alentejana) para certificar y regular todos los vinos de la región. Actualmente existen en el Alentejo la PDO (Protected Denomination of Origin) y la PGI (Protected Geographical Indication) que en nuestro equivalente serían los vinos de una DO (Denominación de Origen) y los de una IGP (Indicación Geográfica Protegida), siendo las regulaciones de la primera más estrictas que las de la última. La CVRA posee un laboratorio de certificación de las características físico-químicas de los vinos protegidos (contenido en alcohol, de sulfuroso, de azúcares, de ácidos, etc.), así como un panel de análisis sensorial para evaluar las características organolépticas.

Los últimos datos que parecen en la página de la CVRA son de 2.009 y hablan de unas 11.000 ha de viñedo, con un 80% de superficie de las variedades tintas, que producen un total de unos 35 millones de litros anuales (más otros 44 millones en la IGP de la región).

Es destacable que Portugal es el segundo país con mayor cantidad de variedades autóctonas, y que el Alentejo es cuna de muchas de ellas. Las variedades de uvas de la región son:

Tintas: Alfrocheiro, Alicante Bouschet, Aragonez, Cabernet Sauvignon, Castelao, Syrah, Touriga Nacional y Trincadeira.

Blancas: Antao Vaz, Arinto, Fernao Pires, Gouveio y Roupeiro.

La CVRA cuenta con una serie de tiendas donde se pueden probar los vinos producidos en la zona. Tuvimos la oportunidad de visitar la que se encuentra situada en Evora, y la verdad es que están muy bien montadas, con abundantes catálogos informativos sobre las variedades de uva, los vinos, bodegas y la Ruta de los Vinos del Alentejo, así como una nevera de escanciado de vinos donde se pueden probar algunas de las marcas antes de adquirirlas en la misma tienda.



La Fundacao Abreu Callado fue creada en 1.948 como institución de apoyo social para las zonas de Avis y Portoalegre, para dar apoyo a trabajadores retirados de la granja de sus padres, una de las más importantes del Alentejo, a los que ofrecía complementos dinerarios, medicinas y otras ventajas sociales. Al mismo tiempo, a sus hijos, les proporcionaba estudios en técnicas agrícolas y de otros tipos en la escuela que hoy lleva el mismo nombre de la fundación.

La fundación posee 52 ha de viñedos cerca de la localidad de Benavila, y datan de los años '50 del Siglo pasado. El enólogo Joao Silva e Sousa es el responsable técnico de la bodega, que posee los más modernos medios de control, elaboración y crianza.

Fuente: www.vinhosdealentejo.pt

Los vinos tintos que produce y comercializa la bodega son el Dom Cosme Reserva, Horta de Palha, Cadeira de Moira, Regional Alentejano, AC Reserva, Abreu-Callado Bag in Box, Portas do Maranhao e Infinitum Grande Reserva.

Los vinos blancos de la bodega son el Abreu Callado Branco y el Abreu Callado Branco Lágrima.

También producen los vinos licorosos Red Liqueur y White Liqueur.

Nuestro vino de hoy está elaborado en base a las variedades Touriga Nacional y Alicante Bouschet, un coupage típico de la zona, y solo se produce en años de calidad excepcional de la vendimia. El 2.007 tiene una serie limitada a 5.700 botellas. La crianza del vino se produce durante 12 meses en barricas de roble francés y americano.

Sobre la Touriga Nacional, la más importante de las variedades autóctonas portuguesas ya hablamos en el artículo del excelente vino Cabeca de Toiro. Por su parte, la Alicante Bouschet no es nativa de Portugal, donde llegó después de la epidemia de filoxera de finales del S. XIX, para repoblar los devastados viñedos de la zona. Es un cruce del Petit Bouschet (a su vez proveniente del cruce de las variedades Aramon y Tenturier du Cher) y la Garnacha, y produce vinos con poca personalidad y grado alcohólico, pero aporta profundidad de color y taninos, por lo que se usa en mezclas con otras variedades que aporten complejidad y acidez adecuadas.

El producto se nos presenta en una elegante botella bordelesa imperiale, de color caramelo amarronado muy oscuro, con una etiqueta rectangular estrecha y alargada que nos muestra una foto de la Fundación que lo produce, seguido del logo de la fundación y nombre del vino en formato vertical, por encima de la añada y la fotografía de Don Cosme de Campos Callado.

Esta estrecha etiqueta deja espacio frontal para las múltiples etiquetas de los premios obtenidos por el vino nacional e internacionalmente, entre los que destacan la medalla de plata del Concurso Internacional de Bruselas de 2.010, medalla de oro en el China Wine Awards de 2.012, Best Red en el Korea Wine Challenge de 2.013 y el Decanter 2.013.

La etiqueta trasera es también estrecha y alargada, no tan estrecha como la frontal, y nos muestra el nombre y la D.O. del vino en la parte alta, seguida de los contenidos en en volumen de 75 cl de la botella y de 14% en volumen de alcohol, así como una breve historia de la bodega , datos sobre la crianza del vino y una pequeña nota de cata, seguido de la temperatura de servicio y los maridajes recomendados. Finalmente aparecen los datos de contacto de la bodega.


























Visualmente nos encontramos con un vino muy cubierto, color picota profundo con reflejos marronáceos, como es de esperar de las variedades de las que procede, la superficie aparece límpida y critalina, aunque al decantarlo se puede observar que deja posos, buena noticia desde el punto de vista de su procesado sin filtrados. Las lágrimas que produce al agitar la copa son densas y glicéricas, de caída por lo tanto lenta.

Olfativamente, lo calificaría de intensidad media a copa parada, como suele suceder en los tintos, y en seguida despliega un agradable aroma a frutos negros, donde en mi opinión destacan los higos muy maduros, casi pasificados, seguido a continuación de agradables aromas de maderas nobles muy viejas, como si nos transportara a una una vieja mansión colonial. Siguen matices de tabaco, cacao y otras especias dulces.

En boca se puede observar que es un vino corpulento, glicérico, muy equilibrado en cuanto al ataque en las papilas gustativas,  con taninos amables, maduros y golosos. Es un vino "caliente" al tacto, con permanencia y longitud que calificaría de medias.

En retrogusto las maderas nobles y las especias dulces dejan un agradable recuerdo después de ingerirlo.

Lo tomamos con carne de cortes argentinos a la plancha, con un resultado muy agradable.

El precio de 20 € me parece adecuado al producto que se nos ofrece.

Me parece que se trata de un muy buen vino, altamente recomendable. Le doy una alta nota de 7,75/10. Si vais al Alentejo, no dejeis de comprar una botella. Es un vino distinto a los nuestros, por lo que es curioso de probar y compartir en una buena cena con amigos.

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