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jueves, 15 de mayo de 2014

Gran Bajoz - 2010

Hoy tengo el gusto de presentaros un magnífico vino de la D.O. Toro, ubicada en la ribera del río Duero, más concretamente en las provincias de Zamora y Valladolid. ocupando una extensión de 8.000 Ha de viñedos, de las cuales unas 5.800 están registradas por los 1.200 viticultores adscritos.
Plano Denominación de Origne Toro

Los vinos de esta D.O. deberán estar elaborados principalmente con la variedad de uva Tinta de Toro (Temranillo), autóctona de estas tierras con mayor o menor tiempo de crianza en barricas de roble francés dependiendo del tipo de vino a obtener: joven o de envejecimiento.

El Gran Bajoz es elaborado por Bodegas Pagos del Rey en la localidad de Morales de Toro (Zamora), en viñedos de más de 100 años (según la web, y más de 60 según la etiqueta trasera de la botella) con un rendimiento bajo de unos 2.000 kg/Ha, cosechando y seleccionando los racimos a mano. 



Mapa de la D.O. Toro.
Fuente:Pág web del Consejo Regulador de dicha D.O.

La producción queda entonces reducida a unas 5.000 botellas por añada. En particular, la añada 2010 fue calificada como excelente por el Consejo Regulador.

El Gran Bajoz se nos presenta en una elegante botella bordelesa Imperiale de 75 cl, cuya característica principal es el hecho de que el hombro es más ancho que la base, dándole una forma cónica. La botella está teñida de un color caramelo oscuro, que hace resaltar las letras y figuras doradas grabadas en la misma, o inscritas en la etiqueta color pizarra. A nivel visual, la presentación nos intenta comunicar la sensación de vino serio y de calidad, cosa que, como veremos,coincide con el contenido.

Al decantar el vino, podemos observar un color rubí oscuro, que al concentrarse en la copa torna en un color cereza oscuro de capa media, más bien translúcido, límpido y de agradable aspecto. Su ribete degrada el color inicial hasta llegar al violeta claro. Su 14% de contenido alcohólico se manifiestan en una lágrima  clara, abundante y fina, de caída lenta.


En nariz, el vino cambió bastante desde una primera apreciación a los pocos minutos de abrir la botella, hasta la hora siguiente de decantación. Comenzó dando un ligero aroma alcohólico, pero con una predominante fundamental en aromas frutales frescos, balsámicos, especialmente a pera y eucaliptus. Sorprendente por lo diferente a otros vinos monovarietales de Tempranillo de la D.O. vecina de Ribera de Duero. Mi primera impresión fue como si estuviera oliendo un vino blanco de gran intensidad aromática, con ciertas reminiscencias de frutos rojos muy al fondo. Más tarde, los aromas sufrieron una notable transformación, asimilándose más a lo que dicen las notas de cata que posteriormente repasé, las cuales hablan de aromas de frutas rojas y frutas negras confitadas. Lo que no pude apreciar fueron los matices tostados, de café o cacao que mencionan algunas de esas notas. Los aromas balsámicos que mencioné se mantuvieron al fondo, aunque con bastante menor intensidad que al principio. 

La retronasal, sin embargo, no cambió tanto entre el primer sorbo y la posterior degustación con un tiempo de decantación, en mi caso confirmando las dominantes de frutos rojos y negros, y con ese frescor balsámico que le dotan de un final muy agradable.

El vino resultó muy agradable en boca, con unos taninos muy finos, muy redondo y bien acabado en las sensaciones que provoca en la lengua y el paladar. Buen cuerpo, acorde con la sensación táctil y la permanencia fresca mencionadas, me hace llegar a la conclusión de un vino muy logrado y, a todas luces, recomendable.

Presenta un buen valor para la inversión de  los aproximadamente 11 € que pagué por la botella.

Lo valoro con un 8/10.


domingo, 11 de mayo de 2014

Cuvée Francois 1er de Lionel Truet - 2006

Hoy vamos a hablar de un vino tinto francés de la Apellation d'Origine Controlée (equivalente francés a nuestra Denominación de Origen) Touraine-Amboise: el Cuvée Francois 1er de la bodega Domaine de la Grande Foucaudière, de Lionel Truet.

Esta denominación de origen se encuentra ubicada en la zona de Valle del Loira, cerca de la ciudad de Tours, al sur de París. Esta botella nos la trajo mi suegro, después de una visita a mi cuñado que se encontraba estudiando en la mencionada ciudad hace unos años...

Este viticultor afirma cultivar y cosechar las uvas, en sus 4 Ha de viñedos, siguiendo técnicas tradicionales: tratamientos naturales, cosechado a mano, bajos rendimientos y selección de las uvas, así como elaborar sus vinos con métodos tradicionales de vinificación, asistidos por las nuevas técnicas.

El vino está ensamblado a partir de tres variedades de uva: Côt , Cabernet Franc y Gamay.

Antes de comentar el vino, voy a dar unas breves pinceladas de las uvas que lo componen, por ser el primer vino que analizo con estas variedades.

Côt: también denominada Côt Noir o, más comúnmente en la actualidad, Malbec, es una variedad originaria de la zona suroeste de Francia (Burdeos). Se cultiva hoy en día en Argentina, USA y Chile, por ejemplo, con gran éxito en algunos casos, especialmente en caldos argentinos. Sus vinos se caracterizan por un color muy oscuro, unos taninos robustos y gusto a ciruelas.

Cabernet Franc: Uva emblemática del Valle del Loira, y una de las variedades más conocidas. El vino producido con esta variedad tiene poco cuerpo, color y acidez, pero es muy aromático, por lo que se utiliza en combinación con otras variedades para suavizarlas y aromatizarlas.

Gamay: La uva Gamay, cosechada principalmente en esta zona de Francia, así como en Suiza, produce un vino muy ligero que se puede beber joven o ser utilizado para suavizar los caldos procedentes de otras variedades.

La Cuvée Francois 1er, por lo que he podido ver, es la denominación que se le da al ensamblaje de estas tres variedades. Ni la bodega ni la Asociación de Viticultores de Touraine-Amboise especifican la relación de volumen de las dos primeras variedades, solo mencionando el 5% de composición de uva Gamay. No he podido encontrar una descripción del método de maceración y crianza, salvo que se utilizan barricas de roble, y que este vino está preparado para beberlo joven, o dejarlo envejecer, que es lo que he hecho yo (he de reconocer que no de una forma premeditada), habiendo aguantado el vino estos años en botella perfectamente.

Estas características de los componentes de nuestro vino de hoy explican en gran medida el aspecto, olor y sabor de este estupendo vino. Pero vayamos por partes, como siempre.

El Cuvée Francois 1er de Lionel Truet se nos presenta en una botella renana de 75 cl de color caramelo, con el símbolo de la flor de Lis del Valle del Loira en relieve en la curvatura hacia el cuello, muy elegante, combinada con una poco atractiva etiqueta estructurada a base de rectángulos grises con uno central color hueso que contiene el dibujo de una casa típica de la zona. Las letras del nombre del viticultor se resaltan en color dorado en la parte inferior de la etiqueta, y en lateral izquierdo se muestra un contenido de alcohol del 12% así como el volumen de la botella y la dirección de la bodega en letras blancas.

El año de la cosecha viene marcado con una etiqueta que tapa la inscripción original que venía impresa en la etiqueta: año 2002. Buena forma de aprovechar etiquetas sobrantes de otras añadas.

En cuanto al vino en si, lo primero que podemos apreciar en él es un color cereza oscuro, de capa media, con ribetes color teja que podrían hablar de una estancia bastante larga en la botella. El caldo tiene una apariencia cristalina, de lágrima escasa. Una vez decantado, pudimos apreciar la gran cantidad de posos, aunque en ningún momento estos dieron una apariencia turbia al vino.

De no mucha intensidad aromática, a nivel olfativo resultó bastante agradable y dominada por los aromas primarios, con una gran componente frutal pasificada, seguramente por la influencia de su componente Malbec. Noté ciertos matices minerales que no podría describir apropiadamente, pero que, sin resultar ni mucho menos desagradables, matizaban el aroma frutal del caldo.

En boca, me pareció un vino muy agradable, ligero pero con personalidad, unos taninos muy afinados un una permanencia que, sin ser larguísima, si me pareció suficiente. Pude confirmar el matiz mineral en retronasal junto con el resto de componentes frutales.

En suma, un vino que me sorprendió gratamente, que combinó bastante bien con unos garbanzos con puntas de jamón ibérico deliciosas, y que se puede llevar bien con entremeses (Lionel Truet habla de platos ligeros o más elaborados). Yo diría además que el maridaje con quesos curados y de sabor fuerte podría funcionar muy bien.

Al ser un regalo comprado en Francia hace bastante tiempo, no se qué precio podría tener allí. Lo busqué en internet y por los precios de otras añadas podría decir que ronda los 7,5 €. Diría que no está mal, para los precios de los vinos franceses en general, pero quizá un poco caro si lo comparáramos con un vino español de similar calidad.

Mi nota es de 7/10.

viernes, 2 de mayo de 2014

Mario - 2011

En esta nueva entrada, os presento un elegante vino tinto de la D.O. Ribera de Duero, elaborado por Bodegas Vega Clara, en la localidad de Quintanilla de Onésimo (Valladolid): Mario 2011.

Como siempre, haré referencia a la presentación del vino, que viene en una botella bordelesa de color caramelo de 0,75 l de capacidad, y etiquetado con una elegantísima y simple (ya os habreis dado cuenta de mis preferencias a este respecto) etiqueta blanca con arabescos en negro emulando, supongo, el ramaje de las vides en negro, y combinando caracteres en rojo y negro. Pero en esta ocasión también me gustaría hacer referencia a la página web de esta bodega dirigida por Clara Concejo Mir (www.vegaclara.com), ya que me ha llamado poderosamente la atención lo bien hecha que está tanto desde el punto de vista estético como técnico, aportando de una forma clara y concisa múltiples detalles sobre los viñedos y la elaboración de sus vinos.

De esta forma, nos dice Clara que el Mario 2011 proviene en un 75% de uvas de la variedad Tempranillo y un 25% de Cabernet Sauvignon, cosechadas en la Finca del Pago de Carretuerta, con cepas de 40 años de antigüedad, vendimiadas a mano con un rendimiento de 4.000 kg/Ha. Este dato se encuentra bastante por debajo del rendimiento máximo  admitido por el Consejo Regulador de esta D.O. (7.000 kg/Ha), por lo que podemos suponer que la bodega cuida la calidad de sus caldos desde su origen. La producción estuvo limitada a 9.500 botellas según la web (aunque la etiqueta trasera habla de 10.000 botelleas).

Su elaboración, con el resultado final de un caldo de 14,5 % de alcohol, incluye un proceso de crianza de 14 meses en un 35% en barricas de roble americano de Missouri, 40% de roble francés de Allier y 25% de roble de Europa del Este. También hablan de un proceso de "bâtonnage" manual.

El "bâtonnage" es un proceso que consiste en remover los residuos del vino (heces, lías -proveniente del francés lie) del fondo de las barricas para aumentar el sabor del vino, antes de trasvasarlo a otro recipiente.

El Mario 2011 es de capa muy alta. Tiene un color picota oscuro, con ribete púrpura, de lágrima profusa y caída lenta. Es límpido y cristalino.

De intensidad aromática media a copa quieta, nos entrega aromas claramente frutales al agitarla, en mi opinión predomina el olor a cerezas, aunque en la nota de cata como en la web también nos indican aromas de fruta negra. Es en los olores a especias en lo que no coinciden las notas de cata que he visto, y que yo no noté en exceso. Se habla de trazas de canela, clavo, pimentón, por un lado, y por otros de cacao... Si que estoy de acuerdo con cierto aroma a licor de cerezas (kirsch en alemania), pero puede ser por la propia dominante acerezada que noté. En mi opinión, el vino posee un notable aroma secundario a levadura o brioche, que sigue manteniendo al rato de haberlo decantado. No he visto nota de cata que lo mencione.

Al gusto, el Mario nos entrega un tacto suave pero potente y con cuerpo, así como un sabor elegante, persistente y con un toque de amargor quizá un poco excesivo para mi gusto. También me pareció que le falta algo de redondez a los taninos, dada la sensación de astringencia en la lengua. El tiempo en botella se encargará de darle la pizca de suavidad adicional que, en mi opinión, le vendrá muy bien.

En resumen, el Mario 2011 es un vino muy agradable, que hace honor a su cuidada elaboración. Lo tomamos con unos lomos de bacalao al horno, y la combinación funcionó bien (¿será debido a mi gusto por los vinos de Ribera de Duero?) aunque me pareció que sería una muy buena combinación con carnes rojas de calidad poco hechas.

Mi nota es de 7/10.

lunes, 21 de abril de 2014

Spier Signature Merlot - 2012

Aquí estamos de nuevo, eta vez con el primer vino varietal de uva Merlot presente en el blog, procedente de  la provincia surafricana de Western Cape: el Spier Signature Merlot del año 2012.

Es el vino "de cabecera" que nos ha ofrecido el hotel durante la semana de la reunión anual de ventas de mi empresa, celebrada a las afueras de Frankfurt, en Alemania, así que hemos podido degustar no una, sino varias botellas de este agradable caldo del hemisferio sur.





De acuerdo con la página web de la bodega, esta se dedica a cosechar uvas y producir vino desde los primeros años del 1700. Poseen hotel, restaurante, granja, zona para picnics, y ofrecen una amplia variedad de actividades ligadas a la enología y al maridaje de sus vinos.

En esta cata me ha ayudado mi amigo parisino Yves, gran conocedor de vinos, lo que aumentará sin duda la calidad y precisión de la misma.

El vino se nos presenta en una típico botella bordelesa, etiquetado de una forma sencilla pero muy atractiva con caracteres de escritura manual, en colores dorados y negros sobre fondo blanco. La parte baja indica el tipo de uva utilizado en la elaboración del vino. La etiqueta trasera nos presenta una pequeña nota de cata y la identificación comercial del producto.

La bodega nos explica que el vino ha sido elaborado madurando el 20% del caldo en barricas de roble francés, entre 8 y 10 meses, y el 80% restante en tanques de acero inoxidable con duelas de roble para aromatizar el caldo. Este método era desconocido para mi, por lo que he leído un poco al respecto, y me ha resultado muy curioso como forma de obtener un vino con características de crianza en barrica de una forma más rápida y económica.

De un color cereza oscuro con ribetes violáceos, propios de un vino joven, el Spier Signature Merlot es un vino de capa media, con una intensidad olfativa media a copa parada, enseguida nos ofrece un excelente aroma al acercar la nariz a la copa previamente agitada.

Nos pareció un vino complejo, con toques de fruta roja y negra, combinados con madera tostada, una pizca de tabaco, y especias aromáticas como el clavo. No detectamos secundarios apreciables. Al comparar nuestras apreciaciones con la nota de cata de la web de la bodega, la coincidencia fue casi absoluta, excepto por las "reminiscencias de eucalipto y menta" que señala dicha nota, y que en nuestro caso era un leve toque de madera fresca de, quizás, cedro...

En boca el vino transmitió menos que al olfato, aunque se nos mostró bastante balanceado, y con el tono frutal amplificado, y no demasiada persistencia en el paladar. Para Yves, los taninos no estaban completamente desarrollados, resultando en una leve astringencia que, según él, mejoraría con un más tiempo en botella.

En retronasal el dominio de la fruta se acentúa, añadiendo una ligera dominante de fresa (de una manera más apreciable para Yves que para mi). La madera y otras trazas se matizan bastante en esta fase.

No puedo hablar de un maridaje específico de este vino, ya que  lo ingerimos en diferentes situaciones y acompañado de diversos alimentos. Según la web de la bodega, es recomendable con cacerola de cordero con fruas desecadas, filete marroquí y "prune tangia" (ni idea de lo que significa esto), o tajine (elemento árabe para cocer alimentos) de vegetales. En cualquier caso, es un vino agradable en si mismo y a solas.

Una buena introducción a la variedad Merlot, la segunda más demandada en lo que a vinos varietales se refiere después de la Cabernet-Sauvignon.

Le doy una nota de 6,5/10.

sábado, 5 de abril de 2014

La Carta - Roble 2006

Hoy tenemos un vino de la Tierra de Castilla, embotellado por bodegas Gallego-Laporte, S.L. en Corral de Almaguer, provincia de Toledo.

Se nos presenta de una manera atractiva, en una botella bordelesa de color caramelo oscuro, con una etiqueta alargada cubriendo prácticamente toda la longitud del cuerpo de la botella. Las letras son de tipo celta de color rojo y dorado viejo sobre un fondo en degradación del gris al blanco. Me ha gustado.

En la etiqueta trasera se nos presenta el vino en español, inglés y alemán, lo que habla de la intención de internacionalizarlo por parte del productor.

Según reza la etiqueta, el vino "ha sido elaborado con una cuidada selección de uvas de las variedades Tempranillo y Syrah procedentes de cepas antiguas. Fermentado en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada, ha permanecido 6 meses en barricas de roble americano y francés."

El aspecto visual de este vino, de 13,5% de alcohol, es limpio, brillante, de coloración cereza oscuro, de capa alta y con ribete violeta.

Sin defectos en su olor, de intensidad aromática media a copa parada, rompe en un intenso olor a maderas con ciertas trazas de tabaco inmediatamente después de agitar la copa. Un olor muy agradable, mayor de lo que la crianza en barrica de solo 6 meses parecería indicar. No pude apreciar los "intensos aromas afrutados" que indica la pequeña nota de cata de su etiqueta secundaria. No he podido tampoco encontrar notas de cata u opiniones sobre este vino en internet que nos sirvan de comparación. El olor a maderas es muy agradable, como si fuera la mezcla de maderas frescas y jóvenes con maderas más añejas, en un taller de carpintería. Por lo que he podido leer, quizá el toque a tabaco pueda deberse a la aportación del contenido de uva Syrah en su ensamblaje. Me pareció apreciar también algo de aromas secundarios, ligeramente a obrador, ni dulce ni salado, simplemente como si fuera un pequeño toque de levaduras del pan.

En la boca es un vino rotundo, serio, de buena permanencia, con un toque de acidez y amargor que dejan un regusto bastante agradable. El vino tiene cuerpo al tacto, siendo sus taninos refinados, nada áspero en la lengua. Es muy probable que el largo tiempo en botella lo hayan mejorado y afinado.

En retronasal la impresión olfativa inicial cambia, y es ahí donde se podrían intuir los aromas frutales propios de un vino con un paso no muy prolongado por barrica. Ninguna dominancia especial en la fruta, aunque podría asegurar un dominio de las moras y frambuesas silvestres.

Lo tomamos con un lomo de cerdo horneado a la sal con puré de patatas. Muy agradable maridaje.

En resumen, estrenamos los vinos de Castilla La Mancha con uno que perfectamente puede tener una presencia habitual en nuestra mesa.

Lo puntúo con un 7/10.

domingo, 30 de marzo de 2014

Abadía Mantrús - Reserva 2007

Este fin de semana hemos elegido este vino, un reserva de la Denominación de Origen Ribera del Duero, adquirido a un precio bastante económico (alrededor de 5 € la botella de 0,75 l), para acompañar a una deliciosa carrillada ibérica con salsa de zanahorias y puerros con una guarnición de patatas cocidas y champiñones a la plancha.

Empezando la entrada de hoy por el final, el maridaje, debo decir que este simpático vino se comportó bastante bien en su combinación con el delicioso plato.

¿Por qué? Ahora si, vayamos en orden para no despistarnos en el análisis.

El Abadía Mantrús Reserva de 2007 por lo visto solo se puede adquirir en Mercadona, se ha embotellado, según reza en su etiqueta, por Altos de Ontañón, S.L. en Fuentencén, provincia de Burgos, entre Peñafiel y Aranda de Duero. Según creo haber entendido en mi viaje por la zona, el hecho de aparecer como "embotellado" por una empresa puede estar relacionado con el hecho de que esté potencialmente elaborado en sus instalaciones a modo de alquiler con uva comprada a alguno de los productores de la zona. En este caso, siendo en exclusiva para Mercadona, podría ser que esta empresa haya participado en este proceso de "subcontratación". La página web de la empresa no nos aclara demasiado, ya que no aparece esta referencia específica.

Se nos presenta en una botella bordelesa tintada de verde, con una etiqueta bastante ecléctica, de fondo transparente con un logotipo conformado por una gran M en dorado y letras de reminiscencias medievales para la marca. Me resulta bastante poco atractiva, aunque el método de distribución y comercialización del vino seguramente no requiere de un mayor esfuerzo en este sentido: vino de mesa, con Denominación de Origen y a buen precio, esos son sus argumentos.

Con un contenido en alcohol del 13,5%  en volumen, el Abadía Mantrús, que según la etiqueta se ha elaborado con un 100% de uvas de tinta fina del país (Tempranillo) y se criado 24 meses en barrica de roble más un mínimo de 12 meses en la botella es un vino de color picota profundo, de capa alta, con borde tirando a morado, límpido y brillante, sin impurezas ni posos al decantar.

De intensidad aromática media-baja a copa quieta, sin defectos, inmediatamente me proporcionó marcados y agradables aromas a tabaco (de esto estoy plenamente seguro como ex-fumador que soy) y tostados, combinado con alguna madera u hoja fresca, al agitar la copa. Debajo de ellos pude apreciar efluvios de frutos negros. No detecté secundarios que resaltar en este caldo.

La fase gustativa, desde el punto de vista táctil, me mostró un vino poco astringente, fluido y con un sabor bastante equilibrado, no muy largo en el paladar pero de sensación agradable. No me pareció un vino afrutado, aunque en retronasal se hicieron más evidentes los aromas a frutos negros que se podían intuir olfativamente que el tabaco y los tostados mencionados anteriormente. Por resumir un poco la sensación, me pareció que en boca funciona más parecido a un vino joven de su denominación de origen, de los que pasan por barrica, que a un reserva añejo, denso y "caliente" al paladar.

Cabe destacar que el olor y el sabor del vino no cambiaron demasiado al decantarlo y airearlo durante un rato, en comparación con el aroma y sabor iniciales. Tampoco lo hizo notablemente al día siguiente de la apertura de la botella.

Me pareció, en suma, un vino con buena relación calidad-precio como vino de mesa para entremeses o carnes en salsa.

Mi nota es de un 6/10.

domingo, 23 de marzo de 2014

LAN - Crianza 2010

Hoy tengo un nuevo integrante del grupo de vinos de este blog: el LAN Crianza 2010 de la D.O. Rioja.

Como en las otras ocasiones, comienzo buscando información sobre el vino y la bodega que lo produce, y veo que su nombre proviene de las iniciales de las tres provincias que forman parte de la mencionada Denominación de Origen: Logroño (o La Rioja como se conoce a la Comunidad Autónoma), Alava y Navarra. Concretamente, el vino se produce en la localidad de Fuenmayor, a 13 km de la ciudad de Logroño. 

Según la web, la bodega produce vinos basados 100% en la uva Tempranillo ("la uva originaria de La Rioja"), y este en particular está criado durante 12 meses en barricas de roble americano y francés, sin especificar el tiempo en cada tipo, así que asumiremos que será mitad y mitad. La maduración se termina con "varios meses" de permanencia en la botella.

Viene presentado en una botella bordelesa de 0,75 litros, y anuncia un contenido alcohólico del 13,5% en volumen.

El color de este vino de capa media se acerca al de las cerezas, que se va tornando violáceo hacia el borde y finalizando en un  (por lo menos a mi me lo pareció) pequeño halo ambarino muy tenue en la unión del líquido y la copa. El aspecto es limpio y cristalino.

En la fase olfativa y gustativa es donde el vino presentó su particularidad, debido a la gran diferencia entre los olores y sabores al destapar la botella, después de decantarlo y mantenerlo en el decantador durante 30 minutos, así como al volver a degustarlo al día siguiente después unas 18 horas en el decantador (ver foto).

A nivel olfativo, la primera impresión fue una predominancia del alcohol, pero en general aportando un olor franco, sin defectos evidentes, olor a frutos rojos (luego corroborados al leer notas de cata) y unos secundarios bastante evidentes (¿brioche?) y olor a madera fresca, como si fuera a cedro, aunque también podría evocarme al eucalipto de alguna forma. Ese olor se suavizó bastante al decantarlo y dejarlo reposar un rato, y al día siguiente el olor alcohólico había desaparecido, aunque también lo había hecho prácticamente el olor secundario mencionado. Los olores a madera fresca resultaban más matizados pero todavía presentes con la misma evocación sensorial.

Fue en el gusto donde el vino se comportó de una manera particular. Podría decir que para mi fue una especie de Dr. Jekill y Mr. Hyde. El sabor inicial y después del reposo tenían una predominante alcohólica notable, junto con un excesivo sabor amargo que, sin embargo, no le aportaban permanencia... el vino parecía que se disipaba demasiado rápidamente. Por tratar de explicarlo de alguna manera, parecía que el vino se iba como una flecha por el centro de la lengua hasta el final de la lengua, como una especie de sensación "lineal", en contraposición a lo que sería esa impresión de plenitud que deja un vino "redondo" tanto en la lengua como en el paladar. Mi mujer tuvo la misma impresión, por lo que decidimos darle ese día adicional de reposo para ver qué sucedía... y ¡vaya si sucedió!

El vino mostró su cara más amable al otro día, con el gusto alcohólico completamente desaparecido, los taninos mucho más afinados y el amargor bastante matizado. Realmente nos pareció otro. Incluso pude apreciar el aroma retronasal con presencia de los frutos rojos y madera tenue bastante agradable que el día anterior ni había podido "notar", por esa sensación de tan baja permanencia. Volví a contrastarlo con el de la botella, y pude constatar la clara diferencia.

Confundido por el resultado, he estado husmeando sobre este vino en la red, encontrando opiniones y valoraciones dispares, lo que me lleva a pensar que, efectivamente, este comportamiento es una constante en este caldo.

Lo de la primera noche fue una lástima, ya que lo estábamos acompañando, con mucha ilusión, con un lomo de atún a la plancha de "categoría especial", simplemente vuelta y vuelta.

En su lado bueno, el vino me pareció aceptable. Habrá que compararlo con otros vinos de la misma D.O. y proceso de elaboración para situarlo mejor.

Le doy un 6/10 en segunda "vuelta"...

lunes, 17 de marzo de 2014

Weingut Robert Weil - 2012

Aprovechando un viaje de trabajo a Frankfurt, me traje una botella de este vino de la variedad Riesling, según algunos entendidos, una de las mejores variedades para la elaboración de vinos blancos, por mucho que la fama de los caldos alemanes no esté en algunas ocasiones a la altura de la calidad de algunos de ellos.

La bodega Robert Weil lleva produciendo vinos desde 1867 en la localidad de Kiedrich, en la zona de Rheingau (una de las zonas emblemáticas de crianza de este tipo de uva) al suroeste de Alemania. Según el productor, el cultivo de las viñas, con más de 50 años de antigüedad, se realiza de una forma bastante ecológica, y la recogida de la uva se realiza a mano.

Como siempre, empecemos por el principio: la presentación.

Este (desde ya lo digo) excelente vino blanco con graduación alcohólica del 12%, viene en una elegante botella renana  de color caramelo oscuro, con una elegante etiqueta bordeada con figuras de hoja de parra doradas sobre fondo blanco, siendo los caracteres de la marca en dorado sobre fondo azul celeste, y negros los correspondientes a  información del año, la procedencia y el tipo de uva. Quizá la etiqueta pueda evocar un vino suave y ligero, lo cual no se confirma al probarlo, ni mucho menos.

Las características visuales de este vino consisten en un color amarillo claro, con reflejos plateados y un borde grisáceo-verdoso, como corresponde a un vino joven. Es absolutamente límpido y cristalino. Al agitar la copa, deja una capa de glicerina que explicará luego el tacto en la lengua.

De intensidad aromática media (tirando a baja) a copa quieta, me ofreció olores florales (¿manzanilla?) mezclado con alguna fruta blanca fresca, que podría ser manzana, y me pareció distinguir un ligero rastro de piña. Por lo que he visto, los vinos Reisling se caracterizan por tener ciertos matices cítricos, que yo sinceramente no fui capaz de distinguir en este, lo cual no quiere decir que no los tenga, por supuesto...

Lo mejor de este vino, para mi, ha estado en la fase gustativa. Como dice su etiqueta, es un vino seco (trocken en alemán). Desde la fina aguja que se le nota al llenar la boca, hasta la acidez magníficamente controlada, combinada con un gran equilibrio y una permanencia bastante buena, me dan idea de un vino muy bien elaborado. No es un vino "fluido", ya que para mi tiene cuerpo y "solidez", como ya nos informó el análisis visual al agitar la copa.

En retronasal, el vino me confirmó lo apreciado al olerlo y degustarlo.

La combinación con salchichas Frankfurt (no, estas no las traje de Alemania) y patas de pulpo a la gallega resultó igualmente acertada.

En suma, un vino altamente recomendable, muy digno de inaugurar el casillero de vinos internacionales y vinos blancos del blog.


domingo, 9 de marzo de 2014

ERIAL - 2011

Este fin de semana le ha tocado a una botella de Erial, cosecha de 2011, D. O. ribera del Duero, elaborado en Pesquera de Duero por Bodegas Epifanio Ribera, con 100% uvas de la familia Tinto Fino (también llamada Tinta Fina o Tempranillo), según dice la etiqueta provenientes de "viñas viejas" y recolectadas a mano. Una estancia en barrica de 12 meses (70% en roble francés y 30% en roble americano) y un tiempo en botella sin especificar completan la maduración de este caldo, con un contenido de alcohol anunciado de 14,5%, que cuenta con una medalla de oro en 2013 del prestigioso Mundus Vini.

Según reza en su página web:

"El Gran Premio Internacional del Vino MUNDUS VINI se ha convertido, hoy por hoy, en uno de los concursos vinícolas más prestigiosos del mundo. Los galardones en el marco de este evento se otorgan cada año en la localidad alemana de Neustadt an der Weinstraße. Durante dos semanas, unos 180 renombrados profesionales del vino internacionales degustan más de 6.000 vinos de todo el planeta."

¿Por qué este vino ha podido ser acreedor de este afamado galardón? Veamos lo que he podido extraerle al probarlo...

Como es costumbre, vayamos primero a la presentación, que para mi tiene una notable importancia, ya que quiero analizar los vinos desde el punto de vista del producto completo que sale a la venta. La botella bordelesa tradicional en la que viene embotellado, está dotada de una etiqueta que, en mi opinión, tiene dos partes bien diferenciadas: la parte alta, que me parece sencilla y muy atractiva, y una parte inferior con una foto, supongo, de los enólogos y dueños de la bodega en el viñedo, que ya no me gusta tanto... He de decir que, en la web de la bodega, las botellas aparecen con unas etiquetas que, a mi juicio, son más representativas de la calidad y seriedad de este vino.

A continuación os pego la mencionada imagen para que compareis.


Bien, dicho esto, vayamos al lío...

En el plano visual, nuestro Erial es un vino de capa alta, de color cereza profundo y ribetes púrpura, brillante y límpido.

La fase olfativa es, para mi, la gran baza de este magnífico vino. Más que franco, el olor del vino es sencillamente delicioso, con muy buena intensidad a copa quieta. Y aquí vienen ciertas discrepancias que he encontrado entre mis impresiones y lo que he podido leer en algunas notas de cata. Básicamente, coincido en que es un vino con un agradable aroma frutal, a mi me ha parecido dominado por frutos negros pasificados, aunque he leído sobre fruta compotada o fruta negra madura en algún sitio. Detecté una fragancia fresca, que a mi me daba la impresión que podía provenir de una fruta blanca, como manzana o pera, pero leí en alguna nota de cata que podría contener un toque de eucaliptus o regaliz, y me apunto a esa teoría (sobre todo reconociendo que mi olfato no está lo suficientemente afinado para detectar trazas tan sutiles...).

Seguimos con los olores: no he visto mencionada en ningún sitio la presencia de olores secundarios a bollería, que a mi me han parecido muy marcados en este vino. Por el contrario, he leído sobre aromas a pimienta, suaves tostados o ahumados de madera que yo honestamente no he notado, de hecho algo extrañado debido a la crianza del vino.

De todas formas, y pese a estas discrepancias, lo importante que me gustaría transmitir es que el olor es, sencillamente, fantástico para mi gusto.

En boca, el vino sigue siendo estupendo, aunque me gustaría reseñar que, quizá, esperaba un poco más de él después de la magnífica impresión en nariz. Que no se malinterprete esto último: el vino me ha parecido magnífico, no me cansaré de repetirlo. El tacto en lengua es de calidad, activando las papilas de una forma muy armónica, unos taninos muy finos y un gusto largo. En retronasal diría que no noté una dominancia clara entre lo que había notado al olerlo y al probarlo. "Fresco" y "líquido" serían dos conceptos que añadir a la impresión del paso por boca.

Me dio la impresión como de que es un vino al que le vendrá bien un poco más de tiempo en la botella, en las condiciones adecuadas, por supuesto.

Lo consumimos con unas lonchas de paleta ibérica y un queso de oveja curado, que maridaron muy bien con este, repito, magnífico y recomendable vino.

Su nota para mi es de 7,5/10.

lunes, 3 de marzo de 2014

Valdebodega 14 meses en barrica - 2011

Hoy le toca a este vino elaborado en las bodegas del mismo nombre, perteneciente a la D.O. Ribera del Duero, en la localidad de San Bernardo, término municipal de Valbuena de Duero, a partir de uvas de la variedad Tempranillo de sus propios viñedos.

Nos presentan este producto como un "veterano" vino joven, criado en barrica durante 14 meses! la mitad en roble americano y la otra en roble francés. Es curioso porque en su página web nos presentan tres productos principales: el joven roble con 9 meses en barrica, el crianza con 15 meses y el reserva con 2 años de crianza en las mencionadas barricas. De alguna forma parece como si esta fuera una edición especial del vino joven que, por algún motivo, no fue autorizada a etiquetarse como crianza por el Consejo Regulador de la D.O., ya que la etiqueta mitad ocre y mitad negra coincide con la que, según la página web, corresponde a la versión de crianza.

Su graduación es de 13,5%. En cuanto a su presentación, viene en una botella tipo bordelesa, de 75 ml, y su etiquetado lo definiría como clásico, en su combinación de ocre y negro con letras doradas en el nombre y blancas en la mitad oscura de la etiqueta.

Visualmente es un vino de capa media (traslúcido), con un color cereza, brillante claro y limpio.


Me parece un vino de intensidad aromática media, sin defectos y con un marcado aroma afrutado. El olor no cambió demasiado después de decantarlo y airearlo, salvo para acentuar un cierto fondo dulzón, similar al del mosto.

Detecté fundamentalmente aromas primarios de fruta roja fresa, dulce, poco de secundarios y un toque de terciarios, como a café tostado y un toquecillo de madera, provenientes sin duda del largo tiempo en barrica.

En la boca, el vino activa las papilas de una forma armónica, aunque es de resaltar la primera impresión dulce que nos sugería la fase olfativa.

Es un vino muy poco astringente,no demasiado ácido, muy fluido, con cierta amplitud en el paladar.  Diría que me sugirió claramente los términos "fresco", "agradable" y "refrescante". La retronasal confirma lo que el olfato y el gusto nos habían mostrado, en este sentido es un vino bastante "consecuente", si se permite el uso de esta expresión.

Posteriormente lo acompañamos con una tortilla de patata con chorizo y la combinación resultó muy aceptable.

Me parece un vino agradable, fresco y franco, de consumo fácil, para combinar sin excesivas complicaciones e incluso beber sin necesidad de acompañamiento en forma de comida.

Un 6/10 es su nota.