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lunes, 21 de abril de 2014

Spier Signature Merlot - 2012

Aquí estamos de nuevo, eta vez con el primer vino varietal de uva Merlot presente en el blog, procedente de  la provincia surafricana de Western Cape: el Spier Signature Merlot del año 2012.

Es el vino "de cabecera" que nos ha ofrecido el hotel durante la semana de la reunión anual de ventas de mi empresa, celebrada a las afueras de Frankfurt, en Alemania, así que hemos podido degustar no una, sino varias botellas de este agradable caldo del hemisferio sur.





De acuerdo con la página web de la bodega, esta se dedica a cosechar uvas y producir vino desde los primeros años del 1700. Poseen hotel, restaurante, granja, zona para picnics, y ofrecen una amplia variedad de actividades ligadas a la enología y al maridaje de sus vinos.

En esta cata me ha ayudado mi amigo parisino Yves, gran conocedor de vinos, lo que aumentará sin duda la calidad y precisión de la misma.

El vino se nos presenta en una típico botella bordelesa, etiquetado de una forma sencilla pero muy atractiva con caracteres de escritura manual, en colores dorados y negros sobre fondo blanco. La parte baja indica el tipo de uva utilizado en la elaboración del vino. La etiqueta trasera nos presenta una pequeña nota de cata y la identificación comercial del producto.

La bodega nos explica que el vino ha sido elaborado madurando el 20% del caldo en barricas de roble francés, entre 8 y 10 meses, y el 80% restante en tanques de acero inoxidable con duelas de roble para aromatizar el caldo. Este método era desconocido para mi, por lo que he leído un poco al respecto, y me ha resultado muy curioso como forma de obtener un vino con características de crianza en barrica de una forma más rápida y económica.

De un color cereza oscuro con ribetes violáceos, propios de un vino joven, el Spier Signature Merlot es un vino de capa media, con una intensidad olfativa media a copa parada, enseguida nos ofrece un excelente aroma al acercar la nariz a la copa previamente agitada.

Nos pareció un vino complejo, con toques de fruta roja y negra, combinados con madera tostada, una pizca de tabaco, y especias aromáticas como el clavo. No detectamos secundarios apreciables. Al comparar nuestras apreciaciones con la nota de cata de la web de la bodega, la coincidencia fue casi absoluta, excepto por las "reminiscencias de eucalipto y menta" que señala dicha nota, y que en nuestro caso era un leve toque de madera fresca de, quizás, cedro...

En boca el vino transmitió menos que al olfato, aunque se nos mostró bastante balanceado, y con el tono frutal amplificado, y no demasiada persistencia en el paladar. Para Yves, los taninos no estaban completamente desarrollados, resultando en una leve astringencia que, según él, mejoraría con un más tiempo en botella.

En retronasal el dominio de la fruta se acentúa, añadiendo una ligera dominante de fresa (de una manera más apreciable para Yves que para mi). La madera y otras trazas se matizan bastante en esta fase.

No puedo hablar de un maridaje específico de este vino, ya que  lo ingerimos en diferentes situaciones y acompañado de diversos alimentos. Según la web de la bodega, es recomendable con cacerola de cordero con fruas desecadas, filete marroquí y "prune tangia" (ni idea de lo que significa esto), o tajine (elemento árabe para cocer alimentos) de vegetales. En cualquier caso, es un vino agradable en si mismo y a solas.

Una buena introducción a la variedad Merlot, la segunda más demandada en lo que a vinos varietales se refiere después de la Cabernet-Sauvignon.

Le doy una nota de 6,5/10.

sábado, 5 de abril de 2014

La Carta - Roble 2006

Hoy tenemos un vino de la Tierra de Castilla, embotellado por bodegas Gallego-Laporte, S.L. en Corral de Almaguer, provincia de Toledo.

Se nos presenta de una manera atractiva, en una botella bordelesa de color caramelo oscuro, con una etiqueta alargada cubriendo prácticamente toda la longitud del cuerpo de la botella. Las letras son de tipo celta de color rojo y dorado viejo sobre un fondo en degradación del gris al blanco. Me ha gustado.

En la etiqueta trasera se nos presenta el vino en español, inglés y alemán, lo que habla de la intención de internacionalizarlo por parte del productor.

Según reza la etiqueta, el vino "ha sido elaborado con una cuidada selección de uvas de las variedades Tempranillo y Syrah procedentes de cepas antiguas. Fermentado en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada, ha permanecido 6 meses en barricas de roble americano y francés."

El aspecto visual de este vino, de 13,5% de alcohol, es limpio, brillante, de coloración cereza oscuro, de capa alta y con ribete violeta.

Sin defectos en su olor, de intensidad aromática media a copa parada, rompe en un intenso olor a maderas con ciertas trazas de tabaco inmediatamente después de agitar la copa. Un olor muy agradable, mayor de lo que la crianza en barrica de solo 6 meses parecería indicar. No pude apreciar los "intensos aromas afrutados" que indica la pequeña nota de cata de su etiqueta secundaria. No he podido tampoco encontrar notas de cata u opiniones sobre este vino en internet que nos sirvan de comparación. El olor a maderas es muy agradable, como si fuera la mezcla de maderas frescas y jóvenes con maderas más añejas, en un taller de carpintería. Por lo que he podido leer, quizá el toque a tabaco pueda deberse a la aportación del contenido de uva Syrah en su ensamblaje. Me pareció apreciar también algo de aromas secundarios, ligeramente a obrador, ni dulce ni salado, simplemente como si fuera un pequeño toque de levaduras del pan.

En la boca es un vino rotundo, serio, de buena permanencia, con un toque de acidez y amargor que dejan un regusto bastante agradable. El vino tiene cuerpo al tacto, siendo sus taninos refinados, nada áspero en la lengua. Es muy probable que el largo tiempo en botella lo hayan mejorado y afinado.

En retronasal la impresión olfativa inicial cambia, y es ahí donde se podrían intuir los aromas frutales propios de un vino con un paso no muy prolongado por barrica. Ninguna dominancia especial en la fruta, aunque podría asegurar un dominio de las moras y frambuesas silvestres.

Lo tomamos con un lomo de cerdo horneado a la sal con puré de patatas. Muy agradable maridaje.

En resumen, estrenamos los vinos de Castilla La Mancha con uno que perfectamente puede tener una presencia habitual en nuestra mesa.

Lo puntúo con un 7/10.