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miércoles, 7 de enero de 2015

Marqués de Murrieta - Edición Especial Gran Reserva 2008

Hoy tengo el placer de traer al blog uno de los grandes clásicos de la D.O. Ca. Rioja: El tinto Marqués de Murrieta Gran Reserva de 2008, una Edición Especial para conmemorar los 25 años de Vicente de Cebrián Sagarriga, Conde de Creixel, que actualizó la bodega y continuó el legado de la familia del Marqués de Murrieta.

Ya en la entrada del Marqués de Riscal, hablábamos de la D.O. Ca. Rioja, por lo que nos centraremos en la bodega Marqués de Murrieta.

La bodega fue fundada en 1.852 por Don Luciano Murrieta, quien elaboró los primeros vinos de Rioja en su versión moderna, utilizando las técnicas de elaboración que aprendió en Burdeos. Instauró el concepto de Chateau francés en la finca Ygay donde construyó el famoso castillo del mismo nombre.


Fuente: www.igastroaragon.com

Hoy en día la bodega está gestionada por los hijos de Vicente Cebrián: Vicente Cebrián-Sagarriga, actual Conde de Creixel, y su hermana Cristina. La familia posee también el Pazo de Barrantes, en las Rías Bajas además de la ya mencionada Finca Ygay. En esta la bodega posee 300 ha de viñedo propio al sur de la Rioja Alta, en la inmediaciones de Logroño. Las variedades que se cultivan allí son Tempranillo, Garnacha, Mazuelo, Graciano y Cabernet Sauvignon, además de la blanca Viura.

Los vinos que comercializa la bodega son los tintos Marqués de Murrieta, Castillo Ygay (Tempranillo/Mazuelo) y Dalmau (Tempranillo/Cabernet Sauvignon/Graciano); y los blancos Capellanía (Viura), Pazo Barrantes y La Comtesse (ambos 100% Albariño de la Finca de las Rías Bajas).

El vino que hoy nos ocupa está elaborado con un 90% de Tempranillo, 4% de Garnacha tinta, 4% de Graciano y 2% de Mazuelo, fermentados cada variedad individualmente en depósitos de acero inoxidable con control de temperatura, las partes sólidas de las uvas se prensaron y el mosto resultante se utilizó para añadirlo al vino resultante de la fermentación y aportarle una cantidad extra de taninos y color. La crianza se realizó en barricas de roble americano de 225 l durante 18 meses, 8 de ellos en barricas nuevas, y 24 meses más en botella. La añada de Rioja de 2.008 se consideró como "Muy Buena".

El Marqués de Murrieta Gran Reserva de 2.008 (supongo que este de Edición Especial proviene de la misma elaboración) ha recibido 92 puntos por parte de la Guía Peñín y 91 del Wine Advocate de Robert Parker.

Esta edición especial tiene una etiqueta completamente diferente a la del vino estándar, con una etiqueta frontal grande y rectangular de color cobre, con caracteres en rojo, mientras que la otra es blanca con los caracteres de la marca en color cobre y el resto rojos o negros. Lo mismo sucede con la etiqueta trasera, más pequeña, que nos indica en un párrafo el motivo de la edición especial, así como la composición de los diferentes tipos de uvas y la indicación del volumen de la botella de 75 cl y el contenido en alcohol del 14%.

La botella es bordelesa tradicional personalizada con el símbolo en sobrerrelieve a la altura del hombro de la botella y el nombre de la bodega en la parte baja. El color de la botella es verde marronáceo.





Visualmente, este es un vino de capa media, de color picota con tintes marrones y un ribete que tiende a salmón, sin un tinte amarillento apreciable relacionado con el largo tiempo de crianza al que ha sido sometido. Las lágrimas son múltiples y de caída a velocidad media, y la superficie es brillante y límpida.

Aromáticamente lo considero de intensidad media a copa parada, y al agitar la copa me ofreció una gran y fresca dominante balsámica y de maderas finas envolviendo a los frutos rojos maduros. Las especias dulces, originadas probablemente por el roble americano que lo guardó durante tan largo tiempo, hicieron su aparición en una segunda oleada, junto con otras componentes que calificaría de minerales. Otras trazas menores que no pude discernir le dan al vino una complejidad aromática bastante notable.

En boca, el ataque es muy homogéneo en papilas, encías y paladar, con un tacto de taninos suaves que seguramente tienen mucho más recorrido de guarda en botella, no demasiado denso, pero tampoco ligero, una acidez suficiente para dar una buena sensación de frescura, aumentada por la dominante balsámica que se vuelve a hacer muy presente en el postgusto. Muy buena longitud sin un amargor demasiado notable y una permanencia más que buena completaron las muy agradables sensaciones de este magnífico vino.

Como comenté en el párrafo anterior, nuevamente las componentes balsámicas cobran protagonismo en retronasal, así como los frutos rojos muy maduros con un final ligeramente licorizado. Su suavidad y su permanencia lo hacen compatible con una amplia variedad de alimentos, desde ligeras tapas y embutidos de calidad, hasta carnes a la parrilla o en salsa.

Su precio de alrededor de 17 € está muy bien ajustado al producto.

Le doy una nota de 8,5/10. En mi opinión al mismo nivel del Viña Ardanza. Se trata de un gran vino que recomiendo probar sin duda alguna.

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