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viernes, 30 de enero de 2015

Cabeça de Toiro - Reserva 2010

Hoy tenemos un vino tinto portugués de la DOC (Denominaço de Origem Controlada) DoTejo: el tinto Cabeça de Toiro, Reserva de la añada 2.010. Está elaborado por Caves Velhas, perteneciente al importante grupo vitivinícola portugués Enoport.

Como es el primer vino que traemos al blog de esta D.O., hablemos un poco sobre ella.

El área geográfica de esta DOC (antes llamada Ribatejo) se encuentra a ambas márgenes del río Tajo en la parte occidental del río en el país vecino y hasta casi el comienzo de su estuario cerca de Lisboa. Es una zona bastante fértil, por lo que, por un lado, los viticultores, que están asociados mayormente en cooperativas, trabajan en la reducción del rendimiento. Algunos de ellos, más concienciados en lo que a la calidad se refiere, se han concentrado en la zona de tierras arenosas, más calientes y secas de la parte sur de este área, cerca de la región del Alentejo.

El Consejo Regulador de la DOC permite una amplia variedad de uvas: las blancas locales Fernao Pires, Alicante Branco, Arinto, Tália, Trincadeira das Pratas, y la vital, así como también las reconocidas foráneas Chardonnay y Sauvignon Blanc. En tintas las tradicionales Castelao y Trincadeira son las más comunes, aunque se permiten otras como la Touriga Nacional, la Aragonez, Cabernet Sauvignon y Merlot.



ES una de las regiones vinícolas tradicionales portuguesas. Entre los S. XIII y XV los Reyes de Portugal promulgaron medidas proteccionistas de los vinos de la zona.

La Comissao Vitivinícola Regional Do Tejo certifica, desde 2.008 (primeramente creada como Ribatejo) los vinos de la región, tanto los de Indicación Geográfica Tejo como los de Denominación de Origen Do Tejo. Está subdividida en tres zonas de producción:

- Bairro: en la margen derecha del Tajo, zona donde dominan los suelos de arcilla y caliza.

- Charneca: En la margen izquierda, donde predominan los suelos arenosos y más secos. Aquí es donde las uvas maduran antes.

- Leziria: Zona de llanuras aluviales del Tajo, donde se producen inundaciones. Es un área de gran fertilidad, por tanto.

Cuenta actualmente con alrededor de 150 empresas asociadas. Una de ellas es Enoport United Wines, ubicaddo en Río Maior, a unos 80 km de Lisboa, que como ya mencioné anteriormente es dueño de la bodega Caves Velhas, que elabora nuestro vino de hoy. El Grupo posee alrededor de 20 marcas, que incluyen vinos blancos, rosados y tintos, tranquilos y frisantes, vinho verde, sangrías, tanto en los segmentos de mesa como en el de calidad.

Este grupo unificó algunas de las más tradicionales y reputadas bodegas portuguesas como Caves Velhas, Caves Dom Teodósio, Adegas Camillo Alves, Caves Acácio, Caves Monteiros y Caves Moura Bastos, dotándolas de la tecnología más moderna y una gestión profesionalizada.

Cavas Velhas fue fundada por los descendientes de Camillo Alves, que fundó las Adegas (bodegas) del mismo nombre en 1.881 inicialmente para el comercio del vino de la zona.




El Cabeça de Toiro se nos presenta de una manera bastante llamativa y atractiva. De hecho lo compré en el Aeropuerto de Lisboa, buscando un vino de esta región, por su presentación más que por cualquier otro motivo. La botella viene en una caja de cartón con un diseño y un acabado de muy buena apariencia, con la marca y los premios recibidos por este vino bien resaltados. La botella bordelesa color caramelo oscuro viene con una etiqueta principal rectangular, ocupando casi todo el cuerpo de la botella, de color blanco con un recorte lateral de la silueta de una cabeza de toro. Se resaltan altas puntuaciones de Wine Enthusiast en la parte baja en una tira dorada, así como en la esquina superior derecha la medalla de oro del Challenge International du Vin francés de 2.013. La cápsula muestra otra medalla de oro, esta vez la del 17º Berliner Wine Trophy.

La etiqueta trasera es también grande, mostrando en la zona superior la marca, añada y procedencia del vino en letras color aluminio sobre fondo negro, seguidas por una gran zona blanca que muestra, en portugués, francés e inglés las variedades de uva utilizadas, la crianza que ha tenido y un pequeño realce de sus cualidades, así como la explicación del nombre como un tributo a la tradición de corridas de toros de la Región del Tajo. Debajo de esto se encuentran los datos de la empresa elaboradora, el contenido de 750 ml de la botella y el grado alcohólico de 13,5% en volumen.

El Cabeça de Toiro está producido a partir de la combinación al 50% de las variedades de uva Touriga Nacional y Castelao, bajo la dirección del enólogo Carlos Eduardo (enólogo del año de la región en 2.012).

La Touriga Nacional es la mejor variedad de uva portuguesa, según dicen a la altura de las grandes variedades tintas como Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Nebbiolo. Originaria del norte de Portugal (las regiones de Dao y Douro se disputan su origen), se fue extendiendo hasta alcanzar zonas más al sur (Algarve) y oeste (incluso hasta las Azores). Es rica en color y taninos, aportando una gran estructura y capacidad de añejamiento. Aporta también aromas florales y frutales (grosella madura y frambuesa) con toques herbales y licorizados.

Por su parte, la variedad Castelao es una de las variedades más comunes al sur del país. Se da especialmente bien en climas secos y suelos arenosos. En la parte más seca de la región del Tajo, así como en el Alentejo, producen buenos ejemplares de esta variedad. Bien cultivada y con productividades bajas puede dar lugar a vinos con buena estructura, llenos de taninos y buena acidez, con aromas de grosellas, ciruelas en conserva y otros frutos rojos del bosque. Siempre conserva un carácter rústico.

El proceso de elaboración del Cabeça de Toiro incluye maceración, fermentación alcohólica a casi 28 ºC (82 Fahreheit) y 9 meses en barricas de roble francés .

Visualmente, se puede apreciar una capa media-alta, sin defectos y de un color picota profundo con ciertos reflejos violáceos. El ribete tiene a una mezcla entre el color de la picota madura y el reflejo violáceo de su superficie. Lágrimas bastante abundantes de caída más bien lenta se pueden apreciar al agitar la copa.

En nariz, diría que tiene una intensidad media a copa parada, y al agitarla se pueden apreciar rápidamente aromas de frutos predominantemente rojos muy dulces y maduros, recordando a una mermelada de frutos del bosque. Por debajo de la primera oleada, aprecié muy claramente agradables notas de y cacao, todo ello envuelto en un toque muy sutil de maderas finas. En notas de cata se habla de notas florales que no pude apreciar con claridad, aunque no dudo que las narices más finas puedan encontrarlas...

En boca, el ataque es bastante homogéneo en lengua, con taninos que se hacen notar, suaves y dulces. Tiene un cuerpo medio, buena longitud con un agradable amargor final, pero sin embargo me dio la impresión de tener una permanencia más bien baja. El resultado general fue bastante bueno, y es un vino que repetiría con gusto. Voy a tratar de hacerme con algún vino mas de la variedad Touriga Nacional, ya que he leído muy buenos comentarios sobre ella y el resultado en este vino es muy prometedor.

Lo tomé con un poco de jamón ibérico y queso manchego curado, con buen resultado. En su hoja de datos lo recomiendan con pescado a la brasa, carnes rojas y blancas y quesos curados.

Recomiendo probarlo si se tiene la oportunidad de comprarlo. Su precio ronda los 7,5 €.

Bastante buen vino, a buen precio y muy bien presentado. Lo valoro con un 7,5/10.

domingo, 25 de enero de 2015

Pago de Carraovejas - Reserva 2003

Hoy tengo el placer de traeros al blog este excelente tinto: Pago de Carraovejas, en su versión Reserva de la añada de 2.003.

Elaborado en las instalaciones de la bodega del mismo nombre en Peñafiel (Valladolid), este vino pertenece a la D.O. Ribera del Duero, sobre la cual ya hablamos en la entrada del Pruno.

Fuente: www.elnortedecastilla.es

Pago de Carraovejas tiene su origen en los años '70, cuando su fundador, José María Ruiz, queda en quinto lugar del concurso internacional de sumilleres de Milán. Eso le decidió a dar vida a la idea que le rondaba desde hacía tiempo sobre la creación de su propio restaurante con sus propios cochinillo y su propio vino. En 1.982 nace el Restaurante José María, en Segovia, sustituyendo la tradicional jarra de "vino de la casa" por vino embotellado con cuidado en su temperatura de servicio. Para cumplir su otro sueño, el de elaborar un vino diferente para acompañar los cochinillos de su restaurante, crea su propia bodega en la Ribera del Duero en 1.987, en compañía de otros segovianos amantes del vino, eligiendo las laderas de Carraovejas, en Peñafiel, que según la opinión de los lugareños era el mejor maduradero de la comarca. En una época en que la variedad Tinto Fino (Tempranillo) era la reina absoluta de la zona, decide crear un vino con un contenido del 25% de Cabernet Sauvignon. Fue pionero también en la zona en el uso de barricas de roble francés y en la instalación de riego por goteo, para racionalizar las necesidades hídricas de sus viñas.

Actualmente, en terrenos que abarcan 160 ha se cultivan las variedades Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Merlot, con las que se elaboran las marcas de la bodega: Pago de Carraovejas Crianza y Reserva, El Anejón de la Cuesta de las Liebres y el Vendimia Seleccionada Cuesta de las Liebres. La bodega cuenta con más de 14.000 m2 de instalaciones con procesos que inclyen las más modernas tecnologías, respetando el medio ambiente y con una investigación constante sobre los métodos para conseguir caldos de mejor calidad.

En este sentido, en la página web de la bodega se describen algunas de las características e innovaciones proncipales que dotan a los vinos de esta bodega de sus especiales características, como el hecho de haber seleccionado cepas de las mejores levaduras autóctonas para realizar las fermentaciones del mosto, así como un sistema de transporte de las uvas seleccionadas y despalilladas hasta los contenedores de acero para la maceración (que parte de un enfriamiento previo de la uva a 5 ºC en enfriadores/humidificadores especiales) y hasta las tinas de roble para la fermentación alcohólica y la maloláctica.

En particular, en la añada de 2.003, elaborada a partir de las variedades Tempranillo (90%) y Cabernet Sauvignon (10%), de una cosecha declarada como "Muy Buena" por el Consejo Regulador, las uvas del pago su recogieron con un rendimiento de 3.500 kg/ha, siendo "uva de poco peso y sobremadura".

La crianza del Reserva incluye 12 meses en barricas nuevas de roble francés y el resto hasta los 36 meses mínimo de envejecimiento dictados por la D.O. en botella.

El Pago de Carraovejas, Reserva de 2.003 se nos presenta en una botella bordelesa verde oscura, con una gran etiqueta blanca en cuya parte superior podemos observae en caracteres rojos la D.O. de la que procede, encima de una litografía en la que aparece el famoso Castillo de Peñafiel y los viñedos y bodegas que caracterizan este paisaje castellano. Debajo de la figura, se puede observa r el nombre del vino en letras doradas, y debajo la añada y el tipo de vino. Más abajo se ve el sello de la D.O. y la dirección de la bodega. La esquina inferior izquierda muestra el contenido en volumen de la botella y en la esquina inferior derecha el contenido en alcohol del 14%.

La contraetiqueta es bastante más pequeña, y en ella se muestran en primer lugar el nombre del vino y su tipo, y a continuación una breve descripción de la elaboración y las características del vino, incluyendo una pequeña nota de cata.

La presentación me dio la impresión de querer conservar el carácter de "vino de la casa" del Restaurante de su fundador, aunque probablemente mi apreciación sea una frivolidad tomando en cuenta la calidad de este vino.

A la vista, el vino tiene una coloración en la que pudimos observar su carácter añejo. Una capa quizá un poco más de media, muestra un color granate con reflejos ocres (desde luego no aprecié las "irisaciones púrpuras" que se señalan en la etiqueta) y un ribete degradando a color teja-naranja. Color límpido y brillante en la copa, aunque al acabar la botella pudimos observar precipitaciones de las que ya se nos advierte en la contraetiqueta. Las lágrimas eran espaciadas y de caída media-lenta.


Su intensidad aromática la calificaría de media a copa parada, pero al agitar la copa en seguida mostró deliciosos efluvios de fruta muy madura (tanto roja como toques de negra), más bien diría que mermelada o compota, lo cual podría ser el resultado de la "uva sobremadura" de esta añada en la bodega. Lo siguiente que llama la atención son las notas balsámicas y de maderas finas, muy bien perfiladas ya que en ningún momento enmascaran los aromas frutales tan golosos. Un aroma muy elegante y fácil de desgranar sin que por ello sea simple. Una característica que me llamó la atención de este vino es que, al acercar la nariz a la copa, nos recibe con un vaho caliente, como si fuera reductor, pero sin defectos asociados a esta característica, para posteriormente refrescarnos con la componente balsámica. Me resultó un efecto muy agradable. Finalmente, me dio la impresión de acabar el olfato un con levísimo toque vegetal, herbáceo quizás. Me dio la impresión de que se pueden apreciar bastante bien las características de cada una de las variedades que lo componen.

En boca me pareció todavía mejor. La impresión táctil es de suavidad, no demasiado intenso, pero con un cuerpo bien definido y notable, así como taninos muy sedosos y golosos. Me pareció muy elegante y fino. La sensación es muy homogénea en todas las zonas de la lengua y paladar, una acidez muy bien controlada y una longitud y permanencia bastante buenas. En retronasal la fruta y los bálsamos se combinan de una forma muy homogénea y agradable. Yo lo definiría mis sensaciones como de estar bebiendo un vino bastante redondo.

Quiero dar las gracias a mi apreciado amigo, excelente gourmet y gran cocinero Angel, por invitarnos a beber este magnífico vino (que guardaba como un tesoro desde hace unos años) acompañado  de unas extraordinarias fabes con chorizo, morcilla y panceta, con las que combinó estupendamente. Esta experiencia es la mejor demostración de que el mejor maridaje para un buen vino es la compañía de la gente a la que aprecias...

Yendo a la parte materialista de esta entrada, diría que este vino, del cual no puedo encontrar precio ya que no he podido ver que se ofrezca por internet, pero que en añadas más reciente roza los 40 €, "vale lo que pesa", y recomiendo probarlo si hay la suerte de verlo en algún sitio.

Mi nota es un excelente 8,5/10. Pronto iré a por su versión Crianza para comparar...

lunes, 19 de enero de 2015

Emina Prestigio - Crianza 2011

Hoy tenemos un vino tinto de la Bodega Emina, del conocido Grupo Matarromera: el Emina Prestigio de la añada de 2.011.

En lo referente a la D.O. Ribera del Duero ya hice un pequeño resumen el la entrada del Pruno, por lo que pasaré directamente a la empresa que elabora y comercializa el vino de hoy.

El Grupo Matarromera, fundado en 1.994 y presidido por Carlos Moro, es uno de los más importantes de España. Produce vinos en las cuatro Denominaciones de Origen del Duero: Ribera del Duero, al que pertenece el vino de hoy, Rueda, Cigales y Toro. También destaca como productor de aceite. Posee actualmente siete bodegas, que incluyen las Emina de Ribera y Rueda, Matarromera y Rento en Ribera, Valdelosfrailes en Cigales, Cyan en Toro y destilerías del Duero. Es impulsor también del Enoturismo, con el Hotel rural Emina y el Restaurante La Espadaña San Bernardo. Conocidas marcas como los diferentes Matarromeras, Melior, los múltiples Emina (Pasión, Prestigio, Espumoso, etc.), Carlos Moro, los Valdelosfrailes y los Cyan, salen de sus bodegas con vocación internacional, sostenible, innovadora y de calidad.

La bodega completa su gama de productos con la nueva gama de vinos sin alcohol (Eminasin y EminaZero, MeliorZero), vinos ecológicos, brandies y aguardientes (Heredad de Aldor y Esdor) y hasta una gama de productos de belleza (Esdor) basados en polifenoles.

Específicamente, nuestro vino de hoy está producido en Bodegas Emina de Ribera del Duero, ubicada en la localidad vallisoletana de Valbuena de Duero, en pleno corazón del "triángulo de oro del vino" ribereño. La bodega cuenta con un muy interesante museo del vino, una magnífica tienda de productos del Grupo y el restaurante La Espadaña antes mencionado, siendo el centro neurálgico de la oferta enoturística del Grupo. De hecho, allí realicé el Curso de Iniciación a la Cata, de cuya semilla germinó este blog. De hecho, todavía tengo pendiente completar el reportaje de la visita a las estupendas y modernas instalaciones de esta bodega.

Emina posee alrededor de 150 ha de viñedos en las Fincas Las Celdillas, Coto de San Bernardo, El Horno y Valdebaniego. De esta última proceden las uvas que dan vida al Emina Prestigio. La bodega produce además, el Rosado, el Pasión, Crianza y Atio, bajo la marca Emina, y el Oxto (tinto fortificado con aguardiente). Produce más de 800.000 botellas al año.


El Emina Prestigio se elabora con un 100% de uvas de la variedad Tempranillo, en una añada calificada de Excelente en la D.O., con una producción de unos 3.500 kg/ha, un rendimiento que indica buena calidad de las bayas. El enólogo responsable de su elaboración es Félix González. La fermentación alcohólica se produce en tanques de acero inoxidable durante 10-14 días a 26 ºC, seguida de una crianza en barricas de roble francés durante 16 meses, a los que se añaden 16 meses más en botella previos a su comercialización.

Este vino ha ganado la Medalla de Oro en el prestigioso certamen Bacchus, de la Unión Española de Catadores, en su edición de 2.014.

El producto se nos presenta en una botella bordelesa modificada, más fina y estilizada de lo normal, de color verde oscuro.

La etiqueta principal es blanca, sencilla, con el nombre/logo de la bodega en primer plano en grande en letras negras y color cobre, seguida del nombre del vino en una letra tipográfica negra. Más abajo a la izquierda la añada y la Denominación de origen y en la esquina inferior derecha la "P" tipográfica de la inicial del nombre. Una etiqueta moderna con una distribución original, quizá con un peso visual ligeramente irregular.

La contraetiqueta es rectangular vertical, un poco más grande, y contiene en la parte alta la marca del vino, nombre y añada, seguida de una breve explicación sobre el vino, su grado alcohólico del 14,5% y el contenido de la botella de 75 cl. Más abajo, en letras más pequeñas, se encuentran los datos de la bodega y nuevamente la "P" de la marca, esta vez en la esquina inferior izquierda.

Me da la impresión también de que la cápsula en negro y cobre contrasta excesivamente con la etiqueta principal blanca y poco recargada.


Visualmente, podemos apreciar un vino muy cubierto de color granate profundo con reflejos violáceos y un ribete en degradación de los tonos mencionados, que llegan casi al mismo borde del líquido en contacto con el cristal de la copa. La superficie del líquido límpida y brillante, y deja en la copa abundantes lágrimas, con caída a velocidad media-baja, como cabe esperar de su contenido alcohólico.

En nariz, muestra una intensidad aromática media-alta a copa parada, después de haberlo servido con agitador. Lo primero que se nota es una fragancia de frutos rojos (fresa especialmente) con toques de moras negras, en todo caso muy maduros incluso en compota o mermelada, secundarios muy notables de lácticos y panificadora en combinación con especias dulces, yo diría que vainilla y quizá un toque de canela. Finalmente un toque de fina madera nos recuerda su prolongada estancia en las barricas. Tiene un aroma un poquito alcohólico al inicio que se va mitigando con el paso de los minutos en la copa, en la cual evoluciona bastante bien. Al día siguiente, incluso me pareció mejor, conservado en la botella con vacío previo.

En boca, produce una activación homogénea en la lengua, con unos taninos vivos, estimo que con margen de evolución según vaya pasando el tiempo en botella. En uno o dos años deberían domarse. Tiene un cuerpo que yo calificaría de medio, una longitud más que aceptable y buena permanencia.

En retronasal se nota cierta licorización de las frutas descritas en nariz y la sutil componente de madera se hace presente de forma notable otra vez.

Se trata de un buen vino que me gustó bastante. Lo tomé con albóndigas en salsa, aunque intuyo que un maridaje perfecto sería carne no muy hecha, a la piedra, por ejemplo. Habrá que probarlo de esa forma, con la botella que me queda en casa.

Su precio de alrededor de 8 € al que lo compré me parece bien relacionado con la calidad del producto, mejor que el que he visto en la tienda virtual del Grupo Matarromera: ¿18,90 €?

Lo valoro con un 7/10.

miércoles, 14 de enero de 2015

Sangre de Toro - 2013

Hoy tenemos un clásico de la prestigiosa Bodegas Torres: el tinto Sangre de Toro, de la añada de 2.013.

Este vino está adscrito a la D.O. Catalunya, de la cual no había comentado ningún vino hasta ahora, por lo que hablaré un poco sobre ella. Fue creada en 1.999 y actualemente engloba la mayoría de los municipios catalanes en los que se produce vino (más de 330), especialmente aquellos que no podían adherirse a alguna de las D.O. ya existentes. Actualmente están inscritas más de 200 bodegas con una superficie de viñedo total superior a las 50.000 ha y su producción ha superado los 60 millones de botellas. La filosofía principal del Consejo Regulador de esta DO es permitir gran cantidad de variedades y coupages a los productores para favorecer la innovación y mejora de la calidad de los productos, como respuesta a la gran exigencia de losmer ados actuales.

Como variedades preferentes, en blancos, se establecen básicamente las autóctonas Macabeo, Xarel-lo, Parellada o de cultivo tradicional como la Garnacha Blanca, pero sin limitar el uso de otras variedades de prestigio mundial adaptadas al clima y las condiciones de la viticultura catalana como Chardonnay. En tintas, aparte de las preferentes Tempranillo, Samsó y Garnacha, se permiten variedades como la Syrah, Merlot, Pinot Noir y Cabernet Sauvignon, entre otras.


El Reglamento de la D.O. establece la densidad de plantación máxima en 4.500 cepas/ha, la cantidad de yemas/ha dependiendo de la variedad, así como la producción máxima de 120 quintales métricos para las variedades blancas y de 100 para las tintas. También establece las condiciones para la calificación de vinos como Crianza (2 años con un mínimo de 6 meses en barrica), Reserva (36 meses con un mínimo de 12 meses en barrica) y Gran Reserva (24 meses de barrica + 36 de botella mínimo).

En lo que a la bodega se refiere, estamos ante una de las empresas vitivinícolas más importantes de España. Bodegas Torres fue fundada en 1.870 por Don Jaime Torres Vendrell en Vilafranca del Penedés, a unos 60 km al oeste de Barcelona. Hoy en día posee más de 2.000 ha en toda la Península Ibérica, aunque la mayoría de ellas en la comarca del Penedés; 95 ha en el Valle del Curicó, en Chile y dos viñedos con un total de 91 acres en Sonoma County, California. Posee 4 bodegas de producción en España: Pacs del Penedés, El Lloar (Priorat), Fompedraza (Ribera del Duero) y Labastida (Rioja). Producen más de 30 marcas de vinos tintos, blancos, rosados, dulces, sin alcohol y brandies bajo las denominaciones de origen Catalunya, Penedés, Priorat, Ribera del Duero, Rioja, Rueda, Conca de Barberá y Rías Baixas. Algunas de sus marcas más conocidas son, por supuesto dejando a parte el famoso brandy Torres, Celeste (Ribera de Duero), Atrium (Penedés), Sangre de Toro y Coronas (DO Catalunya). Es un interesante (y desgraciadamente no muy común en España) caso de empresa familiar mejorada por las sucesivas generaciones, donde Miguel Torres y Marimar Torres son las cabezas visibles en la actualidad.



Bodegas Torres luce con orgullo diversos premios, entre los que destacan, a nivel comercial, el premio a la Bodega Europea del Año de la revista Wine Enthusiast en 2.006 y a la Bodega Más Importante del Año por la revista Wine Spectator (Robert Parker) en 2.000 y el premio a la Marca de Vinos Más Admirada de 2.014 por parte de la influyente publicación Drinks International,  así como una larga lista de premios a varios de sus vinos en Decanter, Challenge International du Vin (Francia), Expovinia (Suiza), etc.



En resumen, un buque insignia de nuestra industria vitivinícola, cuya producción se exporta en un 70% y más de 130 países.

En lo que respecta a nuestro vino de hoy, diremos que el Sangre de Toro debe su nombre al dios romano del vino, la vid y de la vegetación: Baco, también conocido como hijo del toro.

La bodega lo presenta como un vino de elaboración tradicional, basado en las variedades Garnacha y Cariñena, sin especificar el porcentaje de cada una de ellas en la mezcla. Sin embargo, podría asegurar, por el resultado de la cata, que la Garnacha constituye la parte mayoritaria.

Tampoco he podido averiguar demasiado sobre el proceso de elaboración, salvo que teóricamente ha pasado por un proceso de crianza de 6 meses en barrica de roble americano, por lo que iré directamente al análisis del producto empezando, como siempre, por su presentación.

El vino se comercializa en botella borgoñesa de color verde oscuro, con una etiqueta blanca en el que resalta el logo y la marca del vino en color rojo carmesí. Por debajo en caracteres negros se muestra la añada, por encima de una frase del viticultor Miguel Torres sobre su deseo de reconocimiento del vino en todo el mundo.

A continuación el nombre de la Bodega y su blasón. En la parte inferior izquierda se puede observar el contenido de alcohol del 13,5%, y a la derecha la mención a la D.O. Catalunya.

En la parte superior del cuerpo de la botella, en lo que sería el hombro, se encuentra otra etiqueta blanca ribeteada que vuelve a contener el escudo de la Bodega, así como la mención a la elaboración de este vino en la propiedad.

La etiqueta trasera muestra de nuevo el nombre de la marca en rojo, así como el año de comienzo de elaboración del vino bajo esta marca, en 1.954, seguido por una breve reseña histórica en español, inglés y catalán y una foto de Miguel Torres Carbó, el miembro de la familia que lo inició. Etiquetado correcto desde mi punto de vista.


El Sangre de Toro de 2.013 tiene un color rubí con borde en degradación hacia color frambuesa, brillante y sin posos, de capa media, con abundancia de lágrimas de caída más bien rápida.

Tiene una intensidad más bien baja a copa parada, y al agitarla despliega inmediatamente un aroma muy característico de la variedad Cariñena. Pude detectar notas de frutos rojos con presencia sutil de algún fruto negro, que perfectamente podría ser la ciruela que se menciona en diferentes notas de cata. También noté ligeros aromas vegetales y algo balsámicos, que confieren al vino el carácter fresco que pude confirmar posteriormente en boca.

Es un vino ligero, sin mucho cuerpo, que produce una activación más notable en la parte central de la lengua que en el resto de zonas, con taninos dulces y suaves (característico también de los vinos de Garnacha que he probado), una longitud aceptable y, desafortunadamente, no demasiada permanencia.

En retronasal vuelven a aparecer las notas vegetales y boscosas, con un leve final de madera fresca.

Es un vino fácil de beber, creo que bastante adaptado a un gusto comercial internacional, no me extraña su éxito en tantos y tan diversos países.

Creo que resulta bastante agradable y tiene un buen precio de entre 4 y 5 € como para tener a mano  a menudo una botella, dada la sencillez con la que se puede encontrar en el mercado, y utilizarla en comidas o cenas informales, preferiblemente en mi opinión con tapas más o menos elaboradas y algunos embutidos no demasiado especiados. Los estofados y las paellas que he leído en diversas notas de cata creo que le harán buena compañía también.

Le doy una nota de 6,5/10, y mi recomendación es probarlo en cualquier momento sin mayores complicaciones culinarias.

miércoles, 7 de enero de 2015

Marqués de Murrieta - Edición Especial Gran Reserva 2008

Hoy tengo el placer de traer al blog uno de los grandes clásicos de la D.O. Ca. Rioja: El tinto Marqués de Murrieta Gran Reserva de 2008, una Edición Especial para conmemorar los 25 años de Vicente de Cebrián Sagarriga, Conde de Creixel, que actualizó la bodega y continuó el legado de la familia del Marqués de Murrieta.

Ya en la entrada del Marqués de Riscal, hablábamos de la D.O. Ca. Rioja, por lo que nos centraremos en la bodega Marqués de Murrieta.

La bodega fue fundada en 1.852 por Don Luciano Murrieta, quien elaboró los primeros vinos de Rioja en su versión moderna, utilizando las técnicas de elaboración que aprendió en Burdeos. Instauró el concepto de Chateau francés en la finca Ygay donde construyó el famoso castillo del mismo nombre.


Fuente: www.igastroaragon.com

Hoy en día la bodega está gestionada por los hijos de Vicente Cebrián: Vicente Cebrián-Sagarriga, actual Conde de Creixel, y su hermana Cristina. La familia posee también el Pazo de Barrantes, en las Rías Bajas además de la ya mencionada Finca Ygay. En esta la bodega posee 300 ha de viñedo propio al sur de la Rioja Alta, en la inmediaciones de Logroño. Las variedades que se cultivan allí son Tempranillo, Garnacha, Mazuelo, Graciano y Cabernet Sauvignon, además de la blanca Viura.

Los vinos que comercializa la bodega son los tintos Marqués de Murrieta, Castillo Ygay (Tempranillo/Mazuelo) y Dalmau (Tempranillo/Cabernet Sauvignon/Graciano); y los blancos Capellanía (Viura), Pazo Barrantes y La Comtesse (ambos 100% Albariño de la Finca de las Rías Bajas).

El vino que hoy nos ocupa está elaborado con un 90% de Tempranillo, 4% de Garnacha tinta, 4% de Graciano y 2% de Mazuelo, fermentados cada variedad individualmente en depósitos de acero inoxidable con control de temperatura, las partes sólidas de las uvas se prensaron y el mosto resultante se utilizó para añadirlo al vino resultante de la fermentación y aportarle una cantidad extra de taninos y color. La crianza se realizó en barricas de roble americano de 225 l durante 18 meses, 8 de ellos en barricas nuevas, y 24 meses más en botella. La añada de Rioja de 2.008 se consideró como "Muy Buena".

El Marqués de Murrieta Gran Reserva de 2.008 (supongo que este de Edición Especial proviene de la misma elaboración) ha recibido 92 puntos por parte de la Guía Peñín y 91 del Wine Advocate de Robert Parker.

Esta edición especial tiene una etiqueta completamente diferente a la del vino estándar, con una etiqueta frontal grande y rectangular de color cobre, con caracteres en rojo, mientras que la otra es blanca con los caracteres de la marca en color cobre y el resto rojos o negros. Lo mismo sucede con la etiqueta trasera, más pequeña, que nos indica en un párrafo el motivo de la edición especial, así como la composición de los diferentes tipos de uvas y la indicación del volumen de la botella de 75 cl y el contenido en alcohol del 14%.

La botella es bordelesa tradicional personalizada con el símbolo en sobrerrelieve a la altura del hombro de la botella y el nombre de la bodega en la parte baja. El color de la botella es verde marronáceo.





Visualmente, este es un vino de capa media, de color picota con tintes marrones y un ribete que tiende a salmón, sin un tinte amarillento apreciable relacionado con el largo tiempo de crianza al que ha sido sometido. Las lágrimas son múltiples y de caída a velocidad media, y la superficie es brillante y límpida.

Aromáticamente lo considero de intensidad media a copa parada, y al agitar la copa me ofreció una gran y fresca dominante balsámica y de maderas finas envolviendo a los frutos rojos maduros. Las especias dulces, originadas probablemente por el roble americano que lo guardó durante tan largo tiempo, hicieron su aparición en una segunda oleada, junto con otras componentes que calificaría de minerales. Otras trazas menores que no pude discernir le dan al vino una complejidad aromática bastante notable.

En boca, el ataque es muy homogéneo en papilas, encías y paladar, con un tacto de taninos suaves que seguramente tienen mucho más recorrido de guarda en botella, no demasiado denso, pero tampoco ligero, una acidez suficiente para dar una buena sensación de frescura, aumentada por la dominante balsámica que se vuelve a hacer muy presente en el postgusto. Muy buena longitud sin un amargor demasiado notable y una permanencia más que buena completaron las muy agradables sensaciones de este magnífico vino.

Como comenté en el párrafo anterior, nuevamente las componentes balsámicas cobran protagonismo en retronasal, así como los frutos rojos muy maduros con un final ligeramente licorizado. Su suavidad y su permanencia lo hacen compatible con una amplia variedad de alimentos, desde ligeras tapas y embutidos de calidad, hasta carnes a la parrilla o en salsa.

Su precio de alrededor de 17 € está muy bien ajustado al producto.

Le doy una nota de 8,5/10. En mi opinión al mismo nivel del Viña Ardanza. Se trata de un gran vino que recomiendo probar sin duda alguna.