Translate

domingo, 18 de octubre de 2015

Valbuena 5º - 2009

Hoy el blog se viste de etiqueta para hablar sobre un vino elaborado por uno de los buques insignia de la armada enológica española: Bodegas Vega Sicilia y su tinto Valbuena 5º de la añada de 2.009.

Eloy Lecanda fundó, en 1.864, la mítica bodega en los terrenos de unas 2.000 ha que su padre D. Toribio Lecanda compró al Marqués de la localidad vallisoletana de Valbuena de Duero, a unos 40 km de la capital de la Provincia, y en pleno corazón de la zona dorada de la D.O. Ribera de Duero.

Las primeras vides fueron plantadas con sarmientos de las variedades Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot y Pinot Noir que D. Eloy compró en Burdeos. De sus frutos nacieron los brandies que fueron los primeros productos de la bodega, que rápidamente fueron reconocidos internacionalmente, al punto que en 1.880 recibió la Gran Cruz de Isabel la Católica.




Fuente: www.revistaadega.uol.com.br


En 1.904, la importante familia vallisoletana Herrero se hace con la bodega, que la cede en alquiler a D. Cosme Palacio, que trae al enólogo Domingo Garramiola "Txomin" que realiza un gran esfuerzo por modernizar la vinificación y remodelar las instalaciones de la bodega según las modernas técnicas traídas de Burdeos a la zona de La Rioja, de donde proceden estos personajes. El resultad es la aparición de las primeras añadas del Vega Sicilia y del Valbuena. Las primeras añadas solo se distribuyeron a mode de presente para los buenos amigos de la bodega, en su mayoría pertenecientes a la burguesía o la aristocracia de la época, de allí el aura de exclusividad que se creo en torno a ellos desde el principio.

Fuente: www.bodeboca.com


El primero de los premios importantes para los vinos de Vega Sicilia llega para las añadas de 1.917 y 1.918 en la Expo Mundial de Barcelona de 1.929. A la muerte de Garramiola, queda a cargo de la bodega su delfín Martiniano Renedo. En 1.951, la familia Herrero vende la bodega a la familia Prodes, y en 1.956 otro de los grandes personajes de la bodega, Jesús Anadón (promotor de la D.O. Ribera del Duero), es nombrado director, puesto en el que permanece durante varias décadas. Siguen años en los que la bodega es renovada y modernizada casi en secreto con el capital de un venezolano llamado Miguel Neumann, quien en 1.982 la vende a la familia Alvarez (fundadores del Grupo de Servicios y Limpieza Eulen), y rápidamente incrementa la superficie del viñedo desde las 80 a las 200 ha. La producción de la bodega se ha mantenido estable entre las 100.000 y 300.000 botellas (según la calidad de la añada) desde hace mucho tiempo, ya que sigue primando la calidad por sobre cualquier otro aspecto, al mando del consejero delegado Pablo Alvarez y de los enólogos Javier Ausás y su hermana Mercedes, que tomaron el testigo del anterior director técnico Mariano García, sucesor a su vez de Jesús Anadón.

La familia Alvarez creó el Grupo Tempos Vega Sicilia, con posteriores creaciones y adquisiciones de bodegas, y hoy en día está compuesto por Bodegas Vega Sicilia y Alión en Ribera del Duero, Bodegas Pintia en Toro, Bodegas Oremus en Tokaj (Hungría) y Bodegas Benjamín Rostchild-Vega Sicilia en Rioja, con una producción total que alcanza el millón y medio de botellas al año.

La casa produce hoy tres vinos: El Vega Sicilia Unico, Vega Sicilia Unico Reserva Especial (vino sin añada, producido por el método de soleras similar al de los vinos de Jerez) y nuestro vino de hoy: el Valbuena 5º Año.

El Valbuena está compuesto mayoritariamente de la variedad Tempranillo, procedente de viñas más jóvenes que en el caso de los Unico, y con una componente de Merlot que varía según la añada. En el caso de la de 2.009 esta componente fue de aproximadamente el 5%. Tanto la maceración como la fermentación se realizan en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada. La crianza de este vino es de 5 años en total (de ahí su nombre) entre tinos de 20.000 l (los 5 primeros meses) y 16 meses en barricas de madera de roble americano y francés de 225 l  y posteriormente en botella en 2.011.



























El producto se presenta en una botella bordelesa de color verde oscuro, personalizada con el escudo de la bodega en relieve en el cuello y el nombre de la misma cerca de la base, en la misma vertical de la etiqueta principal, que es rectangular y de fondo blanco. Esta etiqueta muestra el nombre y escudo de la bodega en la parte alta, seguidos a continuación por una dibujo de la fachada del edificio principal de la bodega en color rojo. Debajo del dibujo se aprecia el nombre del vino, la denominación de origen y los datos de la bodega. Más abajo, en un recuadro, aparece la mención a la producción de la añada, consistente en 179.859 botellas de 75 cl, 3.556 Magnum y 161 Doble Magnum, así como el número de la botella en particular. Por último, en la parte baja se aprecia el contenido de la botella y la graduación del vino del 14%.

La etiqueta trasera, rectangular, blanca y pequeña, se limita a mostrarnos la leyenda del contenido de sulfitos del vino y la mención a la bodega que lo elabora.

La añada de 2.009 fue calificada por el Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Duero como Excelente, y este vino esta calificado como "Cosecha 2.009", ni crianza, ni reserva.

El Wine Spectator de Robert Parker calificó a este vino con un 94 en la añada de 2.009, y la Guía Peñín con un 95.

Antes de empezar, trasvasé el vino a un decantador, donde permaneció durante unos 20 minutos, con una temperatura de servicio de unos 17º. No se observaron precipitaciones en el fondo del decantador, lo que hace suponer que el vino tiene una fase de filtrado en su proceso de elaboración.

Al verterlo en la copa, el vino nos presenta un color picota muy profundo y bastante cubierto, límpido y brillante, con reflejos achocolatados y ribete tirando a ocre. Multitud de lágrimas de caída más bien lenta se pudieron apreciar al agitar la copa.

De intensidad aromática media a copa parada, despliega inmediatamente después de agitarla un aroma que ya desde el principio se puede calificar de muy complejo, con una dominante inicial de frutos dulces muy maduros tanto rojos como negros, mezclados con especias dulces, cacao y tabaco, y maderas muy finas y delicadas al fondo. La característica aromática principal en mi opinión es la gran armonía entre los olores, que además se pueden considerar indisociables. El retrogusto nos muestra todas estas componentes con un agradable final balsámico.

En boca, pude apreciar una entrada bastante golosa, un cuerpo muy notable, taninos dulces, elegantes y suaves pero firmes. Acidez perfectamente integrada, y sobre todo una longitud longitud excelente y permanencia muy notable.

Lo tomamos con unas estupendas fabes que preparó mi mujer para la ocasión, y solo puedo decir que el acompañamiento fue perfecto. A veces los platos de cuchara son grandes olvidados en los consejos sobre maridajes de vinos tintos de calidad.

Sobre su precio de unos 97 €, podría decir que se trata de un producto especial que debe tener un precio diferenciado. Evidentemente, no es un vino que la mayoría de la gente pueda disfrutar todos los días, pero me parece que vale la pena, por ejemplo, adquirirlo entre dos o tres amigos y así poder intercambiar ideas sobre las sensaciones que produce. Desde luego, considero que es un buen regalo si se quiere agasajar a alguien que sepa apreciar un vino de gran calidad.

La calificación que le doy a este vino es de 9/10.

No hay comentarios:

Publicar un comentario