Esta cata es bastante especial, ya que no se suele realizar, y en esta ocasión la realizaron como evento especial en el Día de los Enamorados.
En la entrada del Cune Crianza hicimos una pequeña reseña histórica sobre la bodega y enumeramos sus vinos, y en esta actividad tuvimos la oportunidad de probar 4 de ellos:
- Monopole (Blanco 100% Viura)
- Viña Real Rosado (Viura 85% y Tempranillo 15%)
- Cune Tinto Reserva (Tempranillo 85%, Mazuelo, Graciano y Garnacha)
- Imperial Reserva (Tempranillo 85%, Graciano 10%, Mazuelo 5%)
Los chocolates seleccionados fueron un blanco con aroma de rosas y crujiente de fresas; con leche y esencia de flor de azahar; negro con flor de sal de Ibiza (contraste de salado y dulce) y negro 100% cacao de Ecuador (extremadamente amargo).
La anfitriona por parte de CVNE fue su enóloga Ana San Juan, que de una forma muy amena nos hizo una pequeña introducción con la historia de la bodega y los diferentes vinos que elabora, siguiendo con una explicación sobre los procesos de elaboración que ella controla con el equipo, completamente femenino, de enólogas de la bodega.
La cata fue realizada en una agradable, amplia y luminosa sala en las instalaciones exteriores de la bodega.
Fuente: Facebook CVNE
Allí pudimos comprobar las diferentes interacciones entre los chocolates y el vino, la potenciación de ciertos sabores y matices en los casos en que se produce el maridaje por contraste y la agradable sensación de plenitud del maridaje por combinación.
Aprendimos que, igual que el vino, el chocolate también tiene un proceso de cata visual, táctil, gustativa, y hasta auditiva. Este tipo de catas tiene ciertos pasos recomendados para obtener las mejores sensaciones:
1. Características del chocolate: cortar la tableta y escuchar su crujido, observar su color y brillo, su superficie, sentir su textura, percibir su aroma.
2. Realizar la observación del vino: visual, olfativa y gustativa. Una vez degustado el vino, es el momento de colocar el chocolate en la lengua, dejando que se funda, sin masticarlo. Después de la fusión, el siguiente sorbo de vino producirá las sensaciones del maridaje entre los dos elementos.
De esta forma, y haciendo varias combinaciones entre los diferentes vinos y chocolates. Para mi las mejores combinaciones fueron las del chocolate blanco con el Monopole, y la del Cune Reserva con los chocolates blanco y con leche, que se comportaron sorprendentemente bien, ya que normalmente el vino tinto lo asociaba a chocolates negros. La ligera salazón del chocolate negro con sal de flor de Ibiza me resultó también muy agradable con el Imperial, complementando las notas de frutos negros, pimienta, clavo, sotobosque mediterráneo y finas maderas de este vino. El vino rosado funcionó bastante bien con el chocolate con leche.
Una vez terminado el maridaje, Ana nos llevó a las instalaciones de la Bodega. Allí pudimos observar la disposición de los diferentes edificios de la bodega (la mayoría construidos en el S.XIX) alrededor de un gran patio central.
Posteriormente nos adentramos en los diferentes "órganos" de la bodega, donde se transforman las bayas de vitis vinífera en el maravilloso caldo que tan buenos momentos nos ofrecerá en unos meses o años.
Vimos la hermosa sala de fermentación, con las tinas troncocónicas de roble, con una cálida y acogedora iluminación, una magnífica limpieza y perfecto estado de los contenedores, que sugieren un proceso bien controlado.
A continuación pudimos observar la sala de barricas, en una nave diseñada por el famoso ingeniero francés Gustave Eiffel. La enóloga nos explicó allí como se realiza la limpieza de las barricas, utilizando pastillas de sulfito quemadas como desinfectante último.
Después de allí pasamos a los botelleros, una sala larga y abovedada en la que se encuentra una innumerable cantidad de botellas en grandes jaulas de metal, con temperatura y humedad controladas, y sobre todo la quietud y control de la iluminación necesarias para que el vino termine de afinar sus características y alcanzar la madurez que disfrutamos.
Por último, Ana nos condujo a una especie de "pasadizo" donde se encuentran reposando las botellas más antiguas de la bodega. En una especia de "nichos" que recuerdan las catacumbas romanas y los osarios de los primeros cristianos. Una gruesa capa de moho en las paredes y sobre las propias botellas nos habla de muchos años de quietud. Incalculable el valor de los tesoros de esta cueva.
¡Quién pudiera comprobar los efectos de decenas y decenas de años sobre ese ser vivo en fase líquida!
La visita terminó en la pequeña tienda de la Bodega, donde nos hicimos con un Imperial Reserva de 2.010, un vino con excelente pedigree procedente de una cosecha calificada como Excelente por el Consejo Regulaor de la D.O. Ca. Rioja y refrendada por la calificación paralela que establece CVNE para sus cosechas. Hablaremos de él en los próximos meses cuando le toque su turno en nuestra mesa...
La actividad, con un precio de 25 € por persona, pude parecer a priori un poco cara, pero como contrapartida garantiza la asistencia de un público realmente aficionado al vino y el mundo que lo rodea. Una visita ampliamente recomendable.
Muchiiisimas gracias por este resumen tan completo de su estancia en CVNE. Para mi fue un autentico placer teneros en nuestra casa.
ResponderEliminarEspero que nos veamos en próximos eventos.
Un saludo
Ana
Muchas gracias a ti por tu simpatía y profesionalidad. Nos vemos en Casa Julián!
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