Sobre las D.O. Vinos de Pago hablamos en la entrada del Las Ocho de Chozas Carrascal. Allí podíamos ver que existen actualmente 15 Fincas con esta clasificación.
Finca Elez fue fundada por D. Manuel Manzaneque en la localidad de El Bonillo, en una parcela de 40 ha a 1.080 m de altura obre el nivel del mar en el corazón de la Sierra de Alcaraz, a unos 80 km al oeste de la capital de la Provincia de Albacete, en la Comunidad de Castilla La Mancha. La explotación posee tres de las más reconocidas variedades francesas: Cabernet Sauvignon con plantones traidos desde Burdeos, Chardonnay de Borgoña y Syrah del Ródano, así como la variedad Tempranillo. La bodega se haya al lado de la finca, por lo que los traslados después de la vendimia son mínimos.
Fuente: www.lavinoteca.info
Fuente: www.directoalamesa.com
Manuel Manzaneque es un reconocido actor de cine y director de teatro, fundador de la conocida compañía teatral Tirso de Molina y fundador del Teatro Espronceda en Madrid. Junto a su hija Sofía, Gerente de la Bodega, han llevado a cabo el proyecto vitivinícola del cual hablamos hoy.
Los vinos que produce y comercializa la bodega hoy en día son:
- Escena: Tempranillo de las vides más viejas.
- Nuestro Syrah
- Nuestra Selección: Cabernet Sauvignon, Tempranillo y Merlot
- Finca Elez Crianza: Cabernet Sauvignon, Merlot y Tempranillo
- Chardonnay, Chadonnay Especial y Chadonnay Joven
- Tempranillo - Cabernet Sauvignon
El Finca Elez Crianza, ganador dos veces de la Medalla de Plata en Vinalies París, es un coupage de las variedades Cabernet Sauvignon, Merlot y Tempranillo. Después del despalillado, la maceración en frío y fermentaciones a temperatura controlada (sobre las cuales no pude encontrara demasiados datos en la web de la bodega o en otros sitios especializados de internet). La crianza se realiza durante 14 meses en barricas de roble francés.
Este vino fue calificado con 88 puntos por la Guía Peñín y 90 por Robert Parker y la Guía Repsol.
El vino se comercializa en una botella bordelesa tradicional, de color caramelo, con una etiqueta rectangular de color negro brillante, que ocupa casi todo el cuerpo de la botella. En la parte alta de la etiqueta se observa una especie de borrón en color plata, logo de la bodega, y luego hay un gran espacio vacío hasta la parte baja, en la que se puede observar el nombre del creador de la bodega, el nombre de la misma y la mención a la D.O. La etiqueta trasera es también negra, un poco más pequeña, y contiene un breve párrafo descriptivo del Pago, en inglés y español, seguido de la mención a las variedades que componen el vino y el tiempo de crianza. En la parte baja se muestran los datos de la bodega y los contenidos de la botella de 750 ml y 14,5% de alcohol en volumen. Por último, la mención a la D.O. Pago de Finca Elez.
Revisando las imágenes de otros vinos de la bodega, puedo observar que no tienen un patrón definido de diseño de las etiquetas. También puedo observar que la de este vino es la más floja del grupo, el peso visual de la imagen está mal repartido, y en general no da la sensación de presentarnos un producto de calidad.
El vino, con una superficie brillante y sin defectos visuales, nos presenta un hermoso color cereza oscuro, con un ribete que degrada al granate, con ciertos reflejos teja que hablan de su tiempo de crianza. Produce multitud de lágrimas con una caída más bien lenta por la pared de la copa, dando la sensación visual de densidad que luego se confirmará en boca.
En nariz, el vino tiene una intensidad media a copa parada, y la primera sensación al agitarla es una gran presencia frutal de frutos rojos maduros, yo diría que la frambuesa dulce es quizá la dominante, aunque. A continuación viene una segunda oleada de aromas, esta vez más relacionados seguramente con la componente de Cabernet Sauvignon, como son las notas vegetales, en esta ocasión con el componente mediterráneo del clima en el que se encuentra la finca. La tercera oleada viene son los aromas secundarios procedentes de su crianza, en esta ocasión achocolatados y dulces.
En retrogusto, la madera toma cobra un mayor protagonismo, pero siempre bien integrada en la complejidad aromática del vino, muy agradable en mi opinión.
En boca, se trata de un vino muy homogéneo en toda su extensión, con acidez muy bien controlada, con un cuerpo notable dado por su untuoso tacto, unos taninos muy agradables, sedosos, dulces y redondos. La longitud y permanencia son suficientes, aunque me hubiera gustado quizá un poquito más de esta última dado lo agradable de su retrogusto.
Es un vino que me parece muy adecuado para platos de carnes suaves como perdiz o codorniz, no demasiado condimentadas. Quizá con arroces con carne y ternera a la plancha de un buen resultado también.
Su precio de alrededor de 10 € me parece ajustado al producto.
Le doy una nota de 7/10, y me parece recomendable para una cata con amigos aficionados que busquen algo que se salga de las Denominaciones de Origen tradicionales.
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