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domingo, 4 de diciembre de 2016

Terreus - 2012

Hoy le toca el turno al vino tinto más exclusivo de las conocidas Bodegas Mauro: el Terreus de la añada de 2.012. Otro de los vinos 'aristocráticos' del blog gracias al regalo de cumpleaños de mi querida esposa...

Bodegas Mauro fue fundada en 1.978, por su propietario y enólogo Mariano García, el reconocido enólogo durante largo tiempo de Bodegas Vega Sicilia. Está ubicada en a localidad de Tudela de Duero, Provincia de Valladolid, a unos 17 km al este de la capital de la Provincia, cercana a la demarcación demarcación de la D.O. Ribera de Duero, ya que su borde occidental se encuentra a escasos 20 km, que es la distancia a la zona de Quintanilla de Onésimo, cuna de grandes vinos de la mencionada D.O. Los vinos de esta bodega están protegidos por la I.G.P. Vinos de la Tierra de Castilla y León, de la cual ya habíamos hablado brevemente en la entrada del Abadía Retuerta.

Fuente: www.bodegasmauro.com

La Bodega se fundó primeramente en una casona del S. XVII, con naves de crianza y embotellado subterráneas que desde 1.980 producen los vinos de la bodega. En 2.004 la elaboración pasó a un vanguardista edificio de nueva construcción en la misma localidad. El hijo de Mariano, Eduardo, trabaja con su padre en este proyecto como en el de Toro (Maurodos). Mariano García comparte proyectos con Viñedos de la Casa Masaveu (empresa de inversión en diferentes ramos industriales y financieros) en Bodegas Leda y en Aalto.

Fuente: www.bodeboca.com

Hoy en día produce unos 270.000 l de vino anuales con las uvas provenientes de sus 55 ha de viñedo, distribuidos entre sus cuatro productos principales:

- Mauro: 90% Tempranillo y 10% Syrah con 16 meses de barrica.

- Mauro VS: 100% Tempranillo con bajo rendimiento (3.000 a 5.000 kg de uva por ha) con 33 meses de barrica.

- Terreus: 100% Tempranillo con una elaboración de la que hablaremos más adelante.

- Mauro Godello (blanco): 100% uvas de la variedad de su nombre, procedentes de viñas jóvenes, criado sobre lías durante 8 meses.

El Terreus se elabora, como comentábamos, exclusivamente con uvas de la variedad Tempranillo, procedentes de la finca denominada Paraje de Cueva Baja, por lo que se puede considerar un vino de pago, ya que dicho viñedo (con cepas de entre 80 y 100 años de edad) consta de solo 3 ha aproximadamente, con rendimientos imferiores a los 3.000 kg/ha, con una crianza de 24 meses en barricas de roble francés, y un resultado de solo 9.800 botellas.

El Wine Advocate de Robert Parker calificó esta añada con 97 puntos y la Guía Peñín con 96.

El producto viene presentado en una hermosa botella bordelesa Imperiale, muy oscura, con una elegante etiqueta rectangular alargada sobre la mayor parte del cuerpo de la botella, con dos tercios de la misma en fondo blanco y simplemente el nombre del vino en caracteres rojos y el tercio inferior en color negro con la añada y el nombre de la finca en caracteres blancos.

La etiqueta trasera es más grande, más convencional en su contenido, que refleja e nombre. añada y finca en la parte alta, para en el centro hacer mención a la I.G.P. a la que se encuentra adscrito el vino, seguida de los datos de contacto de la bodega y el contenido de la botella de 750 ml y graduación alcohólica del 14,5%.


























Visualmente, el Terreus de 2.012 nos presenta un color picota muy profundo, límpido y brillante, con reflejos violáceos a pesar de su tiempo de guarda, de capa muy alta que degrada hacia el granate con persistentes tintes violeta. La agitación de la copa produce múltiples lágrimas que baja por la pared a velocidad media-rápida.

En boca nos encontramos con un vino muy frutal, con predominancia de frutos rojos maduros, donde las cerezas y las fresas muy maduras abren paso a complejas y punzantes notas especiadas, tanto dulces (regaliz), como aromáticas (clavo). Al fondo se aprecian maderas muy finas, pero sorprendentemente tenues para un tiempo de guarda tan largo, que le aportan frescura.

En boca es homogéneo, tiene un cuerpo medio tirando a ligero, acidez muy bien controlada, taninos vivos pero amables y afinados, con mucho desarrollo por delante. Tiene muy buena longitud y su permanencia es más que suficiente. En retrogusto la frutosidad sigue siendo protagonista.

Es un vino que me sorprende porque a pesar de la procedencia de sus uvas y su tiempo de crianza presenta características de vino joven en cuanto a su color, textura y aroma. Se puede combinar realmente con lo que te apetezca: tapas, carnes fuertes, elaboradas y especiadas. Un vino moderno y de calidad que lo hace una apuesta segura en cualquier situación.

Su precio de unos 80 € está, en mi opinión, justificado por la cuidada y exclusiva elaboración del producto, aunque en esa banda tiene una fiera competencia.

Le doy una nota alta de 7,5/10, y creo, como el equipo de Robert Parker, que el tiempo en botella aportará muchos más matices y calidad a este gran vino de guarda, que quizá yo he abierto demasiado pronto. Os recomiendo, si os haceis una botella (tendría que ser a corto plazo para poder conseguir esta añada), que la guardeis para dentro de unos años en una celebración importante.

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