Translate

domingo, 9 de noviembre de 2014

La Geria - Blanco Seco

Hoy añadimos la Denominación de Origen Lanzarote al blog a través del vino blanco La Geria Blanco Seco, de Bodegas La Geria, en Yaiza, Lanzarote, Islas Canarias.

La especial climatología de la isla de Lanzarote, así como la conformación de sus suelos volcánicos, hicieron que se desarrollara una viticultura muy especial, mediante la apertura de un cono de unos 3 metros de diámetro por 2 metros y medio de profundidad hasta llegar a la superficie del suelo enterrado en el que se plantan vides con raíces de gran tamaño. La parte superior de las raíces queda cubierta por piedra volcánica desmenuzada (lapilli) que retiene la humedad existente en esta zona subdesértica y, por lo tanto, de escasas precipitaciones. El hoyo, frecuentemente, se acompaña de una estructura de piedra en forma de muro para proteger las vides de los fuertes vientos.

Esta forma de viticultura solo permite el trabajo manual, así como bajas densidades y escaso rendimiento. Sin embargo, esto favorece una alta calidad de las uvas que se traduce en los vinos.





Fuente: www.dolanzarote.com



Los vinos blancos son mayoritarios en la zona, en sus diferentes variantes: secos, semi-secos, dulces, de licor, y espumosos, aunque también se producen rosados y tintos de gran calidad.

La uva mayoritaria es la autóctona Malvasía, y en esta zona produce vinos con marcado acento mineral-volcánico que se combina con la alta acidez en un buen equilibrio para da a dichos vinos su característica diferenciadora.

El Consejo Regulador de la D.O. Vinos de Lanzarote, obtuvo el reconocimiento como tal en 1.993, actualmente cubre una superficie de cultivo de unas 1.900 ha divididas en tres subzonas: La Geria, Masdache y Ye-Lajares.






Fuente: www.lanzarotewines.es



El Consejo Regulador establece las siguientes variedades:

- Blancas preferentes: Malvasía Volcánica, Moscatel de Alejandría, Vijariego o Diego, Albillo, Güal y Verdejo.

- Blancas autorizadas: Listán Blanco, Burrablanca, Breval, Pedro Ximénez y Torrontés.

- Tintas preferentes: Listán Negra, Negramoll, Malvasía Rosada y Tintilla.

- Tintas autorizadas: Baboso Negro, Cabernet Sauvignon, Merlot, Moscatel Negro, Pinot Noir, Ruby Cabernet, Syrah, Tempranillo y Vijariego Negro.

Dicho consejo dicta también una series de normas que incluyen características organolépticas de los diferentes tipos de vino amparados por la D.O., así como una producción máxima autorizada de 7.000 kg/ha, hasta 2.000 cepas/ha, el tipo de poda, y la extracción de mosto de hasta un rendimiento de 70 litros (excepcionalmente hasta 74) por ha. También la acidez y el contenido de alcohol son limitados por el Consejo Regulador, como es preceptivo en todas las D.O.

Hablaremos también brevemente de la variedad Malvasía volcánica o de Lanzarote, que es la variedad predominante y con la que se ha elaborado el vino que hoy nos ocupa. Se dice que esta variedad autóctona proviene de un cruce entre la Malvasía Aromática proveniente de Grecia y la Marmajuelo. Su mosto es capaz de producir toda la gama de vinos blancos, desde los más secos a los más dulces, con gran contenido aromático. Algunas de estas plantas son realmente antiguas, ya que la filoxera nunca llegó a las Islas Canarias, por lo que se siguen plantando cepas sin necesidad de injertos.

La forma autóctona de agricultura de Lanzarote alcanza su máxima expresión en los terrenos de la Bodega La Geria.



Fuente:www.dolanzarote.com

La bodega cuenta con una extensión de plantaciones de unas 5.000 ha, y fue construida a finales del S. XIX por la familia Rijo. Desde 1.993 pertenece a sus actuales dueños, la familia Melián, que la ha convertido en la bodega más visitada de España con unas 300.000 visitas al año. Su producción anual está alrededor de las 300.000 botellas.

Produce dos marcas:

- La Geria: todos los tipos de blanco, rosado, tinto de maceración carbónica y tinto joven de Listán Negro, moscatel

- Manto: Malvasía volcánica seco.

Para la elaboración del blanco La Geria Seco, se realiza una selección de los mejores racimos, seguida de una maceración prefermentativa y posteriormente de una fermentación a temperatura controlada de entre 13 y 14 ºC. El resultado en contenido alcohólico es del 12% en volumen.

No hay información sobre la añada de este vino ya que, cosa extraña, no aparece en la etiqueta al lado de la variedad de uva en la parte superior de la etiqueta frontal, como si se puede observar en las fotos de la página web de la bodega. Esta información debería ser obligatoria, y más aún si se trata de vino blanco, que tiene un período de vida más reducido que los tintos de crianza. Este es un fallo notable del producto que la bodega debería solucionar. Suponiendo que esta botella sea de la añada de 2.012 o de 2.013, en tal caso hay que reseñar que ambas se consideraron como "Excelentes" por parte del Consejo Regulador.





















Salvo este detalle, el etiquetado del producto, contenido en una botella bordelesa tradicional transparente, me parece bastante apropiado al contenido y llamativo para el cliente. Consiste en una etiqueta frontal blanca rectangular y no demasiado ancha, con la variedad de uva y el tipo de vino en la parte superior, el logotipo de la marca en el centro en forma de "g" con detalles coloridos, el nombre de la marca/bodega justo debajo y finalmente la D.O. en la parte inferior. La etiqueta trasera en fondo verde con el logotipo de fondo en verde más claro muestra la marca y la D.O., el volumen de la botella y el contenido en alcohol, así como los datos de la bodega.

Visualmente, podría decir que el vino cumple perfectamente con las características establecidas por el Consejo Regulador de la D.O.: líquido límpido y brillante, con un color amarillo pajizo con un toque similar al limón (alimonado le llaman en la nota de la página web de la bodega, me lo apunto), que degrada hacia incoloro en el ribete. Al agitar en la copa, no se pudieron apreciar demasiadas lágrimas, al contrario de lo que dice la nota de cata de la bodega.

En nariz, diría que es un vino de intensidad media-alta a copa parada, sin defectos, que inmediatamente despliega sus esencias al agitar la copa. Lo primero que pude notar fue un intenso aroma floral, similar a la manzanilla, parecido al del vino gaditano del mismo nombre, aunque más atenuado que este, junto con notas herbáceas y el fondo claramente mineral tan característico de los vinos canarios. Algo de frutas, podrían ser tropicales, pero en mi opinión bastante enmascaradas por el resto de aromas. Finalmente, una sensación marcada de quina bastante notable y sorprendente, dado que en ninguna de las notas de cata que he leído sobre él hacen referencia a este aroma tan claro que detecté. Una posible explicación a esta diferencia de apreciación con respecto a las notas de cata podría ser que el vino no sea de una añada reciente, por lo que sus características hayan sido afectadas por un excesivo tiempo en botella y fuera de las condiciones ideales de conservación (¿?).

En boca, es un vino de cuerpo medio, untuoso pero no demasiado, con una acidez bastante bien controlada. No es demasiado largo ni persistente. La combinación de sus características resultan en un vino que calificaría de ligero.

En retronasal mi impresión fue que la manzanilla y la quina final dominaron la situación, resultando los aromas frutales y minerales atenuados en esta fase.

En suma, un vino correcto, que tiene un precio quizá un poco alto para mi gusto (aproximadamente 9 €) pero seguramente justificado por las condiciones de su viticultura.

Lo acompañamos de unos gallos a la plancha y el resultado fue aceptable, aunque creo que quizá su combinación óptima, por lo menos en el vino de la botella que llegó a mi mesa, tienda más hacia quesos no demasiado curados.

Le doy un 5,5/10.





No hay comentarios:

Publicar un comentario