La bodega que lo elabora es Abadía Poblet, que pertenece al importante Grupo Codorníu Raventós, del cual hablamos extensamente hace unos meses en la entrada del vino Castell de Raimat.
Abadía Poblet nace del acuerdo entre la comunidad monacal cisterciense de Poblet (localidad situada a unos 50 km al norte de la capital de la Provincia de Tarragona) con el mencionado Grupo vitivinícola para retomar la tradición de elaboración de vinos que trajeron los monjes desde la Borgoña en el S. XVI. En los años '80 del S. XX el Grupo Codorníu acordó la explotación del viñedo de la comunidad monacal del Real Monasterio de Santa María de Poblet (que data de 1.151) y, después de años de mejora de las plantaciones y asentamiento de las viñas, construyó en el 2.000 la bodega que elabora los vinos de la explotación, principalmente a partir de la variedad Pinot Noir, de la que la bodega es referente a nivel nacional e internacionalmente reconocida.
Los vinos que elabora la Bodega, bajo la dirección del enólogo Josep María Gil, son:
- Abadía de Poblet: 100% Pinot Noir
- Intramurs de Poblet Negre: Tempranillo, Merlot y Cabernet Sauvignon
- Intramurs de Poblet Blanc: 100% Chadonnay
- Les Masies de Poblet: 100% Pinot Noir
Fuente: www.taulaseleccio.com
Como es tradición para las D.O. que estrenamos en el blog, hablaremos de la D.O. Conca de Barberá.
Esta D.O. es una de las múltiples áreas de elaboración de vinos en Cataluña. Como en muchas otras regiones de la Península Ibérica, sus antecedentes vitivinícolas se remontan a la época romana, perdiéndose posteriormente durante la ocupación musulmana. La reconquista de esos territorios por parte del cristiano Reino de Aragón, fomentó la recolonización de los territorios por parte de monjes cistercienses en el S.XII d.C., que fundaron el Monasterio de Santa María de Poblet, y los Caballeros Templarios que se establecieron en Barberá. Las técnicas de elaboración del vino que trajeron los religiosos han perdurado hasta nuestros días. Un nuevo esplendor se alcanzó a finales del S. XVIII y la primera mitad del S. XIX. La plaga de la filoxera frenaría ese esplendor, pero los viticultores de la comarca, por medio de asociaciones cooperativistas pioneras en España, se esforzaron por recuperar el viñedo y en 1.903 construyeron la primera bodega cooperativista del Estado Español.
Fuente: www.doconcadebarbera.com
La D.O. se estableció en 1.985, con su primer Reglamento, que fue modificado posteriormente en 1.989. Actualmente cuenta con 22 productores asociados. Se vendimian anualmente unos 15 millones de kg de uva, el 60% de variedades blancas.
Las variedades de uva reconocidas por la D.O. son:
Blancas Preferentes: Parellada, Chardonnay, Garnacha Blanca, Chenin, Moscatel de Grano Menudo , Sauvignon Blanc y Macabeo
Blancas Autorizadas: Moscatel de Alejandría
Tintas Preferentes: Trepat (autóctona), Tempranillo o Ull de Llebre, Monastrell, Garnacha, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Cariñena o Samsó, Pinot Noir y Syrah.
La densidad de plantación autorizada se encuentra entre 2.000 y 4.500 cepas/ha con una producción máxima de 120 Quintales métricos/ha. El rendimiento de mosto no podrá sobrepasar los 70 l por cada 100 kg de uva.
Los tipos de vino autorizados son:
- Vino espumoso
- Vino de aguja
- Vino rancio de Conca de Barberá
- Mistela de la Conca de Barberá
- Vino dulce natural de la Conca de Barberá
En el pliego de condiciones se establecen las características organolépticas que deben cumplir cada uno de los tipos de vinos, así como las características físico-químicas como acidez, contenido de azúcar, anhídrido sulfuroso, alcohol y gas carbónico. Se clasifican los vinos espumosos dependiendo su contenido en azúcar. Los vinos se clasifican también según los tiempos de crianza.
Por su parte, nuestro vino de hoy, el Intramurs tinto, de la añada de 2.014, calificada como 'Buena' por el Consejo regulador de la D.O., es elaborado con las variedades Tempranillo, Merlot y Cabernet Sauvignon. Hay poca información sobre el proceso de elaboración del vino en la web de la bodega, salvo que su vinificación se realizó en depósitos de acero inoxidable, con maceración prefermentativa a baja temperatura para potenciar su carácter frutal y fermentación a temperatura controlada. No dice nada de crianza, aunque en algunas páginas he visto que tiene 4 meses de permanencia en barricas de roble francés.
El vino se comercializa en una botella borgoñesa de color verde oscuro, con una ancha etiqueta blanca que muestra el nombre del vino, y cuya parte izquierda ocupa una artística letra "P", trazada con lazos multicolores. En la parte baja de la derecha de la etiqueta aparece el nombre del vino en atractivos caracteres inclinados en forma itálica, y a continuación el nombre de la bodega y la añada del vino, para terminar con la mención a la D.O.
La etiqueta trasera es también blanca y grande, y en la parte superior aparece de nuevo el nombre del vino, a continuación la mención a la D.O. La zona central está ocupada por tres párrafos que explican, en catalán, español e inglés, el origen monacal de la elaboración del vino. En la parte inferior izquierda aparecen el volumen de la botella de 75 cl y el contenido en alcohol del 13%, para terminar con los datos de la embotelladora, Conilisa, en Sant Sadurní D'Anoia.
Me parece una presentación sencilla, correcta y que da cierto toque de distinción al producto.
A la vista, nuestro vino de hoy presenta un hermoso color guinda, límpido y brillante, de capa media-alta, con ribete tendiendo a un hermoso color púrpura, que da la medida de la juventud del vino.
Su intensidad aromática a copa parada en media, y la agitación de dicha copa produce efluvios con claras dominantes frutales de frutas rojas maduras, como fresas y frambuesas, con cierta complejidad procedente de notas especiadas dulces y secas, regalices y ligeros toques de pimienta, en mi opinión.
El recuerdo en el postgusto sigue siendo bastante frutal.
En boca, se trata de un vino homogéneo, con taninos vivos pero agradables como cabría esperar de su juventud y de la frutalidad de su olfato, de cuerpo medio, y una longitud y permanencia que a mi se me antojan suficientes. Su equilibrada acidez le da un toque fresco bastante agradable.
Me parece un vino que encaja bien con la típica butifarra catalana, y se me antoja que con carnes de aves en salsa puede encajar muy bien también.
Su precio de 8 € está bien ajustado a la calidad que ofrece, y es una buena selección de esta poco conocida D.O.
Le doy una nota de 7/10.
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