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jueves, 4 de septiembre de 2014

Tagonius - Crianza 2007

Hoy tenemos un vino de la D.O. Vinos de Madrid: El Tagonius, Crianza de 2007, de Bodegas Tagonius, con sede en la localidad de Tielmes, a unos 45 km de Madrid por la A3. Esta Bodega posee 35 ha de viñedos de diferentes variedades: Tempranillo, Syrah, Merlot, Cabernet Suvignon y Malvar.

Aprovecho la occasion para agradecer a mi amigo Raúl Garcia, gran gourmet y entendido en vinos, su generosidad al "prestarme a fondo perdido" la botella con la que se realizó esta prueba.

Sobre la D.O. Vinos de Madrid ya hablamos en el post del vino Grego, dentro de la cual Bodegas Tagonius pertenece a la subzona de Arganda.

Bodegas Tagonius, fundada en 2000 y perteneciente al Grupo Foxá, comercializa todos sus vinos bajo su marca, su coupage de Tempranillo, Carbernet Sauvignon, Syrah y Merlot se ofrece en diferentes tipos de elaboración: Cosecha, Roble, Crianza y Reserva (este último procedente de la selección de las mejores barricas), los varietales de Syrah y de Merlot, el ensamblaje de Cabernet Sauvignon, Syrah y Tempranillo denominado Gran Vino, el varietal blanco de uva Malvar. El Mariage y el Gran Vía Reserva, compuestos de Merlot y Tempranillo al 50%. Los caldos de esta bodega han recibido premios internacionales en diversos y reconocidos concursos: Concours Mondial de Bruxelles, Mediterranean Experience Award de Miami, International Wine Challenge, Bacchus, etc. Varias de sus añadas tienen buenas puntuaciones en las guías Peñín y Robert Parker (95 puntos el Gran Vino de 2003). La empresa tambié comercializa aceites aromatizados de diferentes variedades de aceituna, y vinagre de vino como productos Gourmet.

En lo que se refiere al vino que hoy nos ocupa, podemos decir que este caldo de 14% de alcohol en volume viene presentado en una botella Bordelesa Imperiale color caramelo oscuro de 75 cl, con una llamativa etiqueta frontal con predominio del fondo blanco sobre el que se encuantra la marca y la D.O., sobre una zona color plata brillante que contiene la información de la añada. La letra inicial "T" de la marca tiene el mismo color plateado. Un resultado muy atractivo a la vista (no así para fotografiarlo, por los reflejos que dan las zonas plateadas...). La contraetiqueta es blanca y contiene una pequeña explicación sobre el vino en letras negras, en español e inglés, además de la dirección de la bodega y de la información sobre la capacidad y el contenido alcohólico del 14,5% en volumen (según la ficha técnica en la web de la bodega, el contenido de alcohol puede ir de 14 a 14,5%). La parte inferior es como en la etiqueta principal, color plata con la marca en letras negras. Más abajo se encuentra la etiqueta de la D.O. (por cierto, me encanta el logo de la D.O. Vinos de Madrid).

Como decíamos, el vino procede del coupage de diferentes caldos y proporciones: Un 10% de Tempranillo, 25% de Cabernet Sauvignon, un 40% de Syrah y un 25% de Merlot, en mi opinión un ensamblaje moderno y ambicioso basado en variedades nobles que por si solas o en composición mayoritaria dan lugar a excelentes vinos. He leído que este ensamblaje también es común en vinos australianos. Este hecho, como veremos, es lo que forja la personalidad de este estupendo vino madrileño.

La elaboración consistió, según la Bodega, en base a una esmerada selección de las uvas, en un maceración en frío, fermentación a temperatura controlada, una maceración postfermentativa de entre 5 y 12 días dependiendo de la variedad y fermentación maloláctica en depósito de acero inoxidable, seguida de envejecimiento de entre 10 y 14 meses en barricas de roble Americano (40%) y francés (60%)

A la vista, nos presenta un color guinda profundo, de capa media-alta, con ribete que degrada hacia el color teja nueva (tirando más hacia naranja), con reflejos que me parecieron achocolatados en la superficie del brillante líquido. Observé lágrimas abundantes y de caída lenta en la pared de la copa.

Inicialmente, al decantarlo, la impresión olfativa fue como al abrir una lata de conservas, la cual rápidamente se disipó al pasar el vino a la copa después de algunos minutos de reposo. A copa parada, aprecié una intensidad media, sin defectos apreciables, que se transformó en un interesante "galimatías" (perdón por la poco ortodoxa expresión) al agitarla por primera vez, y luego a la segunda, y así sucesivamente... Olfativamente este vino me merece un comentario un poco más extenso, pero seguramente menos "académico" de lo que una Hoja de Cata suele mostrar, ya que no lo definiría correctamente con el término "evolución" con el que se suelen referir los catadores a las diferencias de los aromas según se va aireando el vino. ¿Por qué? A ver si lo puedo explicar: Hice la cata del vino sin saber siquiera con qué variedad de uva estaba elaborado; en primera instancia, estuve casi seguro de que se trataba de un varietal de Merlot, ya que el aroma me recordaba bastante al Spier Signature que hace unos meses había comentado en el blog. Sin embargo, al volver a agitar la copa, el aroma del fondo evocaba los bien conocidos y familiares caldos de Tempranillo, y la tercera vez, nuevos aromas se añadieron a los primeros, y fue cuando por fin decidí mirar la composición del vino, e imaginé que lo que estaba sucediendo era el resultado de la mezcla de variedades "dominantes". La evolución del día siguiente (por supuesto lo guardé con tapón al vacío - os recomiendo que siempre lo hagais en casa-), resultó en cierta suavización de los aromas del Merlot y el Tempranillo hacia trazas evocadoras del Cabernet Sauvignon. Quizá lo que menos pude notar fueron aromas evocadores de la composición de Syrah.

Sobre una base de frutos negros, el aroma a tabaco (he leído en alguna nota de cata "caja de puros" y estoy plenamente de acuerdo con esa definición) y a especias (diría que sobre todo pimienta) predominaron en primera impresión, junto con los aromas de la crianza en barricas con una componente de madera ahumada bastante notable, quizá un poco mayor de lo que personalmente me gusta. El "toque Tempranillo" probablemente viene de cierto fondo aromático de frutos rojos que creí apreciar. En algunas notas de cata pude ver menciones a aromas minerales y dulces (vainilla, caramelo) que yo no pude captar de una forma clara.

En boca, el vino activa lengua y paladar de una forma bastante homogénea y moderadamente intensa, diría que con buen balance. Me pareció un vino carnoso, probablemente por el componente glicérico que se podía adivinar en sus lágrimas, con buena longitud y permanencia. Los taninos parecen bien evolucionados, de hecho el vino me pareció en buen momento de madurez.

El retrogusto fortaleció sobre todo las impresiones de frutos negros y maderas ligeramente ahumadas, de nuevo un poco superior a mi gusto actual, con sugerencia de algo de componente balsámica.

En suma, un vino muy interesante, por su complejidad y la sorpresa de ir descubriendo nuevos aromas en cada aspiración. Creo que es un vino que puede ir bien con diferentes platos, yo diría que la carne de buey sería buena compañera de viaje.

El precio aproximado de 12 Euros me parece bien ajustado al producto, aunque quizá alrededor de los 10 Euros sería un candidato a "vino muy frecuente" en mi pequeña bodega...

Lo valoro positivamente con un 7,5/10.

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