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jueves, 18 de septiembre de 2014

Torre delle Grazie - Reserva 2010

Hoy tenemos un tinto Chianti Classico, el Torre delle Grazie Riserva Vendemmia 2010. Elaborado por la bodega Ampelos S.C.A., en la localidad de San Casciano in Val di Pesa, a unos 15 km al Sur de Florencia, en las colinas del Chianti, en la Toscana. El área de la D.O. Chianti se subdivide en ocho áreas, de las cuales el Area Classico comprende parte de las provincias de Florencia y Siena.


Fuente: Wikimedia Commons



El primer documento notarial con el nombre Chianti, data de 1398, y actualmente comprende una 70.000 ha y la zona productora de vinos fue delimitada en 1932, y se mantiene hasta la fecha. La subzona Chianti Classico es la zona más antigua de la Denominación, y a ello debe su nombre.

Para este área el Consorcio de la denominación de origen establece ciertos límites sobre la producción de la uva, de máximo 7,5 Toneladas por ha.Se obliga a que sus vinos estén elaborados con un mínimo del 80% de la variedad de uva Sangiovese, la autóctona de la zona. En el 20% restante se permite el uso de variedades nativas como Canaiolo y Colorino, así como internacionales como Cabernet Sauvignon y Merlot. Para el tipo Riserva, la amduración mínima debe ser de 24 meses con 3 meses de botella adicionales.

Por su parte, la variedad Sangiovese, que conforma el 100% del vino que nos ocupa, es extremadamente sensible al terreno en el que se produce. Entre sus características se encuentran esencias florales derivadas de los suelos arenosos, especialmente violetas, junto con aromas de bayas rojas provenientes de suelos de caliza, junto con toques de tabaco surgidos de componentes de toba (roca caliza calcárea) en el suelo.

De la producción de Chianti Classico, aproximadamente un 20% es de Riservas, y se elaboran a partir de las mejores uvas de la vendimia.

Sobre la bodega que lo produce, Ampelos S.C.A., la verdad es qaue no pude encontrar información alguna en interenet, ni supe escubrir si tiene página web, por lo que los antecedentes del vino quedan reducidos a lo que la página del Consorcio de la D.O. nos da a conocer a nivel general.



Por lo tanto, pasemos directamente al análisis del vino.

El vino se comercializa en una botella bordelesa muy oscura, con una etiqueta mitad color crema y mitad azul, con el logo, la marca, el tipo de vino y la denominación de origen en trazos y caracteres dorados. En el cuello de la botella se puede apreciar el gallo negro que representa la Zona del Chianti Classico. La contraetiqueta tiene los mismo colores, pero contiene tres zonas en vez de dos, siendo la central en color azul. En ella se dan la información sobre la marca, D.O. y añada, así como nociones sobre el maridaje y temperatura de servicio en la zona azul. El volumen de 75 cl de la botella y el contenido alcohólico del 13,5% en volumen se encuentran en la zona inferior de esta etiqueta trasera.

A la vista, el Torre delle Grazie es un vino de capa media, color rubí profundo, con ribete entre naranja y salmón, con abundante lágrima de caída lenta.

Olfativamente, tiene una intensidad media-alta, aunque he de decir que desde hace unos días tengo un escanciador-aireador de vino que seguramente aumentará los aromas del vino a copa parada con respecto a los comentados anteriormente.

Una vez agitado, el vino nos descubre básicamente los aromas que su origen y tipo de uva nos anunciaban: frutos rojos y toque de tabaco, con el ahumado de la madera en la que fue criado al fondo, de una manera bastante clara. No tanto, en mi opinión, la componente floral, específicamente de violetas, que nos anuncian en la variedad Sangiovese. Es un aroma agradable, noble y armonioso, aunque tal vez no demasiado complejo y exuberante al que tienden los vinos modernos.

En boca, vimos que activaba las papilas gustativas de forma bastante homogénea, con una acidez bien controlada y un punto amargo que le daba buena longitud y permanencia en postgusto. Mejor según pasaba el rato en la copa, e incluso mejor al día siguiente que al abrirlo y probarlo por primera vez, ya que sobre todo se suaviza un poco el amargor, que al principio puede que me resultara algo excesivo. No muy corpulento, pero tampoco demasiado líquido ni suave. Su astringencia me indicó que quizás sus taninos estén todavía en evolución, por lo tal vez esta añada estará mejor dentro de un tiempo.

El retrogusto confirmó el dominio de las bayas rojas en su composición, añadiendo cierto toque licoroso agradable.

Lo tomamos con jamón ibérico y queso manchego muy curado el primer día, y el segundo con un buen entrecot a la plancha con buen resultado en ambos casos, aunque a mi particularmente me gustó más el segundo día, antes y después de tomarlo con la carne.

En suma, un vino muy aceptable con un precio alrededor de 5,5 € muy ajustado a su resultado. Creo que se puede recomendar como un buen inicio en los vinos de esta reconocida D.O.

Le doy un 7/10.



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