La zona geográfica de esta indicación geográfica comprende, según el Pliego de Condiciones de la IGP (que existe como tal desde 1999), "todos los Municipios de las provincias de Cáceres y Badajoz", es decir, toda la Comunidad de Extremadura, para vinos blancos, rosados y tintos, elaborados a partir de las siguiente variedades de uvas:
Blancas | Tintas |
---|---|
Alarije | Bobal |
Borba | Cabernet Sauvignon |
Cayetana Blanca | Garnacha Tinta |
Chardonnay | Tempranillo, Cencibel, Tinto Fino |
Cherva, Montúa | Graciano |
Pardina | Mazuela |
Eva, Beba de los Santos | Merlot |
Malvar | Monastrell |
Viura, Macabeo | Syrah |
Parellada | |
Pedro Ximénez | |
Verdejo |
Entre sus requisitos principales, la IGP establece limitaciones en el rango de contenido alcohólico, la acidez, contenidos de azúcar residual según el tipo de vino, características organolépticas y color según el tipo de vino y su crianza.
Asimismo, se establecen los rendimientos máximos de los viñedos según el tipo de plantación:
- Plantaciones conducidas en vaso: 12.000 kg/ha y 90 hl/ha.
- Plantaciones conducidas en espaldera: 16.000 kg/ha y 120 hl/ha
En lo que respecta a la bodega, Bodegas Habla, S.L., se nos muestra como una bodega moderna, para lo cual no hay más que echar un vistazo a sus instalaciones. El por qué de su nombre es curioso, tal y como se explica en su página web:
"Cuenta la leyenda que el escultor Miguel Ángel consideraba a su Moisés como su creación más perfecta. Al terminarlo, el artista golpeó la estatua con su maza y le dijo: “¡HABLA!”, sintiendo que la única cosa que le faltaba por extraer del mármol era la propia vida. En la rodilla de la estatua se puede apreciar una marca, tal vez del martillo de Miguel Ángel.
En homenaje al genio del Renacimiento dimos nombre a nuestra bodega y a nuestros vinos; el espíritu de perfección continúa."
Fuente: www.bodegashabla.com
Localizada en Trujillo (Cáceres), la bodega nace con la intención de dar una vuelta de tuerca al panorama viti-vinícola español, creando un producto nuevo, tanto desde el punto de vista de los caldos como desde el punto de vista de marketing y de imagen. Y en mi opinión, lo consiguen...
Según comentan, tanto el terreno como las variedades de uvas que trabajan: Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Syrah, Petit Verdot, Malbec y Cabernet Franc (curiosamente, las tres últimas variedades no aparecen entre las autorizadas en la I.G.P., aunque el vino del que hablamos está elaborado con las tres primeras, que si están entre dichas variedades autorizadas). Trabajan con una viticultura ecológica y absolutamente caracterizada, ya que la finca original se subdividió, después de intensos análisis, en 64 parcelas donde se cultivan los diferentes tipos de uva bajo condiciones específicas (riego y tratamientos) dependiendo de la variedad y el tipo de suelo de la parcela.
Lo primero que podemos observar en nuestro producto de hoy, es el uso de una botella tipo Borgoña y color caramelo oscuro, con una etiqueta rompedora, que contiene solo el nombre de la marca en letras blancas sobre fondo negro. La contraetiqueta es rectangular, igualmente en letras blancas sobre fondo negro, y contiene información de la añada, los tipos de uva con los que está elaborado el vino, el grado alcohólico de 14,5% en volumen, el volumen de la botella de 75 cl, la información sobre su origen y los datos de la bodega.
Como novedad, la cápsula de los vinos de esta botella contiene los aromas principales que se supone están presentes en el vino, en este caso: grosella, cereza, pimienta, moca y romero. Como curiosidad, la hoja de cata que aparece en la página web, para este vino, indica: cereza, mora, menta y pimienta.
El Habla del Silencio..., como comentaba anteriormente, está elaborado a partir de las variedades Cabernet Sauvignon, Tempranillo y Syrah, sin especificar el contenido en porcentaje de cada una de ellas y tiene especificado un tiempo en barrica de roble francés de 6 meses.
Visualmente, tiene un color picota muy oscuro bastante cubierto, brillante, límpido y con ribete en degradación hacia violeta. Al agitarlo nos muestra una buena profusión de lágrimas de caída lenta, como es de esperar en vino con un porcentaje alcohólico de este nivel.
En nariz presenta inmediatamente la complejidad de los elementos que, como se marcan en la cápsula o en la ficha de cata, lo componen: fruots negros (grosella o mora), frutos rojos (cereza), especias (pimienta o romero y alguna más), balsámicos (menta) y, yo añadiría también un fondo mineral. En las últimas 3 semanas he tenido la oportunidad de probar este vino varias veces, y a varias temperaturas diferentes, y es sorprendente lo que cambia el aroma al agitar la copa según la temperatura del caldo. Para mi gusto, los mejores aromas he podido apreciarlos cuando el vino está, curiosamente, más fresco (ayer cuando lo saqué de mi flamante vinoteca nueva a 16ºC, por ejemplo, al ir calentándose va cambiando su expresión aromática, creando la impresión, de alguna manera, de estar cambiando de vino cada cierto rato. Me ha dejado muy grata impresión en este aspecto.
En boca me un vino fresco, pero contundente, que activa la lengua y el paladar de una manera bastante homogénea, con bastante carnosidad, con una longitud suficiente y buena permanencia. Nos muestra la astringencia habitual de un vino con un proceso de crianza no demasiado largo, pero ni mucho menos desagradable. En suma, si no completamente redondo, diría que está muy cerca de la circunferencia...
En retronasal los aromas frutales y balsámicos toman la delantera con respecto a los otros, y apareció cierto dulzor de secundarios que no había podido apreciar inicialmente... ¿la moca que dice la cápsula? Esta fase no desmerece a la olfativa en ningún caso.
Como he comentado, he tomado este vino varias veces en las últimas semanas, con diferentes combinaciones de alimentos, especialmente tapas, y con todas ellas se ha comportado muy bien: jamón ibérico, queso manchego muy curado (curadísimo), tortilla de patatas, revuelto y tortilla de bacalao, secreto ibérico a la brasa. Incluso con postres se comportó muy bien, especialmente los basados en chocolate.
En suma, un vino que pasa a formar parte como habitual en mi gusto y en mi bodega, bueno para sorprender a algún amigo que te visite o con el que vayas a tapear y no lo conozca.
Su precio de alrededor de 10 € me parece adecuado para lo que nos ofrece.
Le doy una nota de 8/10.
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