Hoy comentaremos el tinto Azpilicueta Reserva de 2008, producido por Bodegas Azpilicueta en la capital de La Rioja, Logroño, bajo la D.O. Calificada Rioja, a partir de uvas cultivadas en la cercana localidad de Fuenmayor, en una extensión de unas 800 ha.
La bodega fue fundada por uno de los pioneros de la viticultura en La Rioja: Don Félix Azpilicueta Martínez, a finales del S. XIX, trasladando los conocimientos adquiridos en Burdeos. La bodega actual fue inaugurada en 2001. Actualmente la bodega pertenece al Grupo Pernod Ricard, dueños también de las bodegas Campo Viejo, Tarsus, Ysios, Aura y Vinícola Navarra, con marcas reconocidas como Campo Viejo, Tarsus, Alcorta, Ysios, Aura y Siglo. Como podemos observar, la concentración del mundo comercial del vino va en línea con el resto de los productos y bienes de consumo a nivel global...
Bajo la supervisión de su enóloga Elena Adell se elaboran vinos blancos, rosados y tintos con uvas de las variedades tintas: Tempranillo, Mazuelo y Graciano y de la blanca Viura o Macabeo.
En tintos, Azpilicueta se presenta en Crianza, Reserva y "Colección Privada".
El Azpilicueta Reserva de 2008 fue premiado con el Bacchus de Oro en el XI Concurso Internacional Bacchus celebrado en Madrid en Marzo de 2013.
Fuente: www.azpilicueta.com
Este vino, que podemos considerar entre los comerciales de La Rioja, dada su facilidad para encontrarlo en grandes superficies y tiendas especializadas, se suministra en una botella bordelesa tradicional de 75 cl y color caramelo, dotada de una etiqueta frontal bastante elegante con los dos tercios superiores en letras negras para la marca y roja para la D.O., con una litografía con el dibujo de unos edificios antiguos en dorado, y un tercio inferior en fondo negro con letras doradas con la añada y una pequeña reseña sobre la fundación de la Bodega en 1881, creo que este caldo de 13,5% de alcohol en volumen nos pretende ofrecer una imagen de tradición y calidad. La etiqueta trasera es rectangular, de fondo blanco
, y contiene la información de la graduación, el volumen, los datos de la bodega y una nota de cata que, como veremos, se aproxima bastante a lo que pude captar al probarlo.
Su elaboración está basada en un 85% de uvas de la variedad Tempranillo, un 10% de Mazuelo y un 5% de Graciano, ensamblaje más o menos habitual en vinos de La Rioja, fruto de cepas de entre 25 y 30 años de edad. Su proceso consistió en una fermentación de 20 a 30 días a temperaturas de entre 28 y 30 ºC, seguido de una crianza de 16 meses en barricas de roble francés y americano con diferentes tostados, y una estancia en botella de 20 meses antes de su comercialización.
A la vista, este vino presenta un aspecto límpido, sin defectos, de color rojo rubí, capa media alta, con reflejos color teja (en la etiqueta secundaria dice color cerámica, supongo que por los solados que suelen tener los patios). La lágrima profusa y de caída lenta nos vaticina el curso untuoso que luego nos mostrará en el paso por boca.
A copa parada, calificaría su intensidad como media, con claras trazas de lo que luego nos mostrará al agitar la copa. No noté gran diferencia en el aroma al decantarlo y más tarde en la copa. Una vez agitado, ofrece una clara dominante de frutos rojos, acompañado de lo que, en primer lugar, pensé que serían aromas secundarios procedentes de la fermentación maloláctica, pero que al repasar otras notas de cata, incluyendo la de la bodega, concuerdo en que podrían ser más cercanos a la vainilla o caramelos muy suaves. También pude apreciar suaves y elegantes notas de madera tostada, para nada invasivas de los aromas principales.
En boca, tiene una entrada bastante homogénea, aunque note una activación mayor en la punta de la lengua y longitudinalmente hasta el final de la misma, más que en los laterales, como si de un husillo se tratara, si es que se puede establecer esa comparación en una nota de cata. Los taninos son notorios y suaves, tiene un cuerpo aceptable y un tacto muy sedoso como características principales, no está mal de longitud, y la permanencia la calificaría como aceptable también.
El postgusto reafirma sobre todos los aromas frutales del inicio, y un cierto regusto goloso me recordó las notas dulces presentes en la fase olfativa.
Lo tomé con embutido y con pollo al horno, y se comportó muy bien, me imagino que con una carne roja poco hecha debe dar un resultado bastante aceptable.
Su precio, de alrededor de los 10 €, lo considero más o menos adecuado al producto. Un Rioja con personalidad y al mismo tiempo tradicional al que perfectamente podemos acudir en cualquier situación.
Le doy una nota de 7/10.
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